La importancia de Marie von Clausewitz en la vida y obra de Clausewitz

Carl von Clausewitz (1780-1831) es uno de esos autores tan citado como poco leído, tan estudiado como erróneamente comprendido, y cuyas ideas han constituido, en no pocas ocasiones, una enseñanza reducida a unos cuantos aforismos mal entendidos, cuando no directamente distorsionados. Muchos estudiosos han tratado de desentrañar y comprender su brillante, compleja y en ocasiones muy oscura obra De la Guerra, publicada por su viuda Marie, de soltera Marie von Brühl (1779-1835). Si realmente alguien tuvo acceso al complejo proceso de elaboración de De la Guerra fue Marie sin duda, con quien el general Carl von Clausewitz compartió intereses, pensamientos y reflexiones. No solo jugó un papel decisivo en su publicación, sino que también fue redactora y ayudante de investigación del general que, tras su repentina muerte en Breslau en 1831, llevó a cabo la importantísima labor de edición de una innovadora obra de pensamiento militar que consagrará a Clausewitz como el teórico de la guerra, solamente comparable a Sun-Tzu.
En agosto de 2015 se publicó «Marie von Clausewitz. The Woman Behind the Making of On War» (Oxford University Press-USA, 2015) de Vanya Eftimova Bellinger, periodista e investigadora sobre la vida de Marie von Clausewitz. Se trata de una extensa biografía de la mujer que influyó en el pensamiento del militar prusiano casi tanto como lo hicieran Kant, Fichte, Guibert o Montesquieu. Este libro, del que sólo está disponible la edición en inglés, puede contribuir a conocer importantes aspectos tanto de la vida de la editora de De la Guerra como de su marido, un militar y pensador verdaderamente adelantado a su tiempo. Para la elaboración de esta biografía, su autora se basa en la relación epistolar del matrimonio Clausewitz, de la que se conservan más de trescientas cartas, muchas de las cuales de más de diez páginas, y a través de las que puede hacerse un recorrido cronológico por la vida personal del general prusiano y su esposa, así como de los numerosos e intensos debates que mantenían.
El papel de Marie von Clausewitz nunca ha pasado inadvertido para los estudiosos de las ideas del teórico militar, lo que pone de manifiesto la importancia de esta figura femenina a la hora de comprender las ideas plasmadas en una obra de lectura obligada en los estados mayores de todo el mundo. Raymond Aron y Peter Paret, mediante el estudio de alguna de su correspondencia, han recogido la influencia de Marie tanto en los gustos literarios y artísticos, como en muchas de las reflexiones del militar y pensador prusiano. En la biografía sobre el general August Neidhardt von Gneisenau, escrita por Heinrich Pertz y Hans Delbrück en la segunda mitad del siglo XIX, aparece la correspondencia que Marie mantuvo con el jefe y más querido amigo de su marido, donde se aprecia una implicación en la vida política prusiana mucho más allá de lo que cabría esperar de una mujer de la época. El general Miguel Alonso Baquer ha dedicado un capítulo completo en su monografía sobre el pensamiento del militar nacido en Magdeburg, «Marie von Brühl. Esposa de Clausewitz» (en Alonso Baquer, M., De Querol Lombardero, A. y Kutz, M.: «Clausewitz y su entorno intelectual». CESEDEN, Ministerio de Defensa. Madrid, 1990), en la que se expone un análisis de la complementariedad intelectual de una pareja tan profundamente enamorada como comprometida con el nacionalismo romántico e idealismo filosófico alemán de principios del siglo XIX.La relación epistolar del matrimonio Clausewitz siempre ha sido de interés para los estudiosos de la doctrina de De la Guerra, debido a su interesante contenido intelectual y político. Desafortunadamente, no se disponía de acceso a su totalidad, la cual se hallaba en poder de la familia Buttlar. Karl Schwartz, primer biógrafo que se acercó a la figura del militar, ya puso de manifiesto la importancia de Marie en el título de una biografía basada principalmente en la correspondencia del general publicada en 1878, y titulada Das Leben des Generals Carl von Clausewitz und der Frau Marie von Clausewitz geb. Gräfin von Brühl (La vida del General Carl von Clausewitz y su esposa Marie von Clausewitz, nacida Condesa von Brühl), pero solamente hacía referencia a veintiséis cartas de Marie. Parece ser que el alto contenido político de las mismas, así como ciertas intimidades de la alta sociedad prusiana, podría haber resultado demasiado incómodo para los contemporáneos de la pareja, que aún vivían el año de su publicación. La influyente personalidad de Marie siempre despertó interés, incluso se publicó la correspondencia de la pareja en 1925 , pero consistían en transcripciones de los documentos estudiados por Schwartz sin haberse consultado las fuentes primarias. Carl y Marie no tuvieron hijos y sus cartas pasaron en herencia al hermano de esta, Friederich von Brühl, que posteriormente fueron heredadas por su hija Franziska, casada con Ludwig von Lüken, en Venedien Manor (actual Polonia). La hija de estos, Hedda, contrajo matrimonio con un destacado miembro de la familia Buttlar, que mantuvo en su poder los archivos Buttlar-Venedien que contenían dicha correspondencia durante los últimos cien años.
Esta situación cambió finalmente en el año 2012, cuando la Prussian Privy State Archives/Prussian Cultural Heritage Foundation (Fundación para la Preservación de la Herencia Cultural de Prusia, en alemán Geheimes Staatsarchiv Preussischer Kulturbesitz –GstaPK-) recibió el depósito de 283 cartas del matrimonio nunca antes publicadas. Constituyen una fuente de incalculable valor sobre muchos aspectos de la vida y hábitos de escritura de Carl von Clausewitz, así como de los extensos debates políticos e intelectuales que mantenía con su esposa. La información contenida en dichas cartas puede contribuir a una mejor comprensión de muchas de las ideas plasmadas en la inacabada obra del general De la Guerra.
La relación entre Marie y Carl von Clausewitz Marie nació en Varsovia en 1779, en el seno de una noble familia de Turingia, era nieta del Conde Heinrich von Brühl, primer ministro de Sajonia y enemigo íntimo de Federico El Grande. Su madre, Sophie von Brülh intentó educar unas hijas que fueran un auténtico fenómeno social, y procuró que tuvieran una excelente formación en pintura, música e historia. Desgraciadamente, sólo se conserva un retrato que realizó Marie en 1816 al muy querido por la familia general Neidhardt von Gneisenau, en el Museo Alemán de Historia. En 1797 se convirtió en dama de compañía de la princesa Federica Luisa de Prusia, hasta la muerte de ésta en 1805. Fue en dicho período cuando conoció a Carl von Clausewitz, un joven ayudante del príncipe Augusto y protegido del ministro de la Guerra, general Gerard von Scharnhorst, durante una cena en honor de la Reina Madre. Aunque el joven oficial, que era de carácter reservado y no muy dado a la vida social de la rígida aristocracia prusiana, comenzó a mostrar su admiración e interés por Marie, logrando seducirla a través del Werther de Goethe. Hacia 1806 la conexión de sus almas, como relatara la propia Marie, era un hecho. El choque dialéctico entre ambos iba a constituir una de las fuentes de la creatividad del pensamiento de Carl. La religiosidad de Schleiermacher y Goethe, que apasionaba a Marie, contrastaba con el atractivo que despertaba en Carl el conocimiento de la naturaleza de las cosas, el phenomena del Idealismo de Fichte. Para el teórico de la guerra, la idea de Fichte en la que el sujeto es el que guía, evoca y decide el conocimiento, que es justificado por otro ser racional que tiene frente a sí, contribuirá de manera decisiva a las acciones recíprocas que Clausewitz describe en De la Guerra. El enfrentamiento dialéctico lejos de separarlos facilita una complementariedad intelectual que el mismo Carl expresa en una carta desde su cautiverio en Francia en 1807 a su futura esposa: «no es necesario que la religión desvíe nuestra mirada de este mundo» (Clausewitz, en Alonso Baquer, 1990, pág 59). La tensión matrimonial entorno a Fichte iba a ir en aumento, Marie tratará sin éxito de mantener a Carl en la órbita de Schleiermacher, Goethe y von Stein, pero él quedará seducido por el pensamiento abstracto de Fichte. El profundo respeto que profesaba por las opiniones teológicas de su futura esposa le impidió tratar de ejercer cualquier clase de influencia sobre las mismas. No obstante, ella nunca ocultó sus intenciones de jugar un activo papel en la vida de Carl, escribiéndole a Francia en 1807: «Nadie te observa con más interés del que yo lo hago, completamente convencida de tus méritos y tus posibilidades» . Debido a la influencia de Marie, Carl comenzó a desarrollar un gran gusto por lo artístico, aunque lo que más llamó su atención fueron los aspectos más espirituales del proceso creativo que, unidos a la profunda influencia del estudio de la Crítica del Juicio de Kant en la academia militar, inspiraría el establecimiento de las diferencias entre la guerra absoluta y la real del Libro II de De la Guerra. Tras regresar de su cautiverio en Francia en 1809 se casó con Marie, quien desarrollaba un activismo político y patriótico inusual. Ella le introduciría en los círculos intelectuales prusianos que mostraban hostilidad a la Francia napoleónica, acercándose más aún al romanticismo nacionalista alemán. Aproximación que le llevó a abandonar el ejército prusiano junto con una treintena de oficiales en 1812, para prestar servicio en el estado mayor de la Legión Germano-Rusa durante la invasión napoleónica. Marie se mostraría comprensiva con una decisión que no compartía, pidiéndole que no aceptara, ningún sacrificio que por consideración a sus opiniones o deseos, le llevaran a renunciar a algo que podría lamentar en el futuro. Ella se mostraría «dispuesta a soportarlo todo», le escribió citándole la Diótima de Hiperión. Marie era consciente que su desaprobación podría disuadir a Carl de participar en la campaña en Rusia. La pregunta de por qué la opinión de una mujer de principios del XIX iba a condicionar las decisiones de su esposo, un oficial del Estado Mayor del ejército prusiano, resulta inevitable. La respuesta hemos de buscarla en que los Clausewitz no eran un matrimonio común, a menudo discutían sobre literatura, política y filosofía. De su correspondencia resulta evidente que se consideraron y trataron como iguales, lo que era inusual en la sociedad de la época, y más impensable aún en la estricta aristocracia militar prusiana.Concluida la campaña napoleónica en 1816, Carl se reincorporó al ejército prusiano y fue ascendido a brigadier, ejerciendo el cargo de director de la Escuela de Guerra de Berlín. Fue la época más feliz y productiva de un matrimonio que habría de «dedicar toda la vida a una idea» (Alonso Baquer, 1990;62), en la que ambos trabajaron y estudiaron conjuntamente. En los círculos intelectuales de la élite berlinesa, el matrimonio participaba en discusiones filosóficas, políticas y diplomáticas. La sofisticación del pensamiento político de Marie impresionaba a sus amistades. Hablaba sobre las consecuencias de la guerra, especialmente sobre el aislamiento social, el abandono de los veteranos y las consecuencias de las guerras napoleónicas. Marie acompañará en sus estudios e investigaciones a su marido sobre la guerra como phenomena. Este estudio era casi un proyecto intelectual del matrimonio, y el general se la hará partícipe a Marie, cuando prácticamente la obligue a ser la editora de su obra tras su prematura muerte de cólera el 16 de noviembre de 1831, evitando así que su contribución pasara inadvertida. Nunca fue la intención de Clausewitz publicar De la Guerra en vida, tal y como confiesa su viuda en el prólogo a la primera edición escrito en 1832. A pesar de la insistencia de Marie en que diera a conocer tan colosal obra de pensamiento militar, sólo obtenía la respuesta «tú habrás de editarla» (Marie von Clausewitz, en Prólogo de De la Guerra), entre las bromas de un ya muy melancólico Carl.
Es en el prólogo de De la Guerra donde se dibuja la personalidad de una mujer verdaderamente excepcional, con un conocimiento de la obra que va más allá de la mera lectura y ordenación de los manuscritos. Comprendía la importancia de la teoría allí expuesta, y era consciente del valor de esas reflexiones porque había participado de muchas de ellas. Según Peter Paret, el historiador militar alemán Werner Hahlweg advirtió en el estudio del manuscrito a mediados del siglo XX, que había algunas páginas cuya letra era inequívocamente la de Marie, ya que el proceso creativo de Carl implicaba en ocasiones lentos soliloquios en los que su esposa solía tomar notas. Esta introducción de Marie a la primera edición de De la Guerra, constituye una auténtica exhibición de conocimiento del material que tiene entre manos, no exenta de romanticismo y melancolía por el ser amado que ya no está. Así, la obra de pensamiento militar más importante de la Historia, se inicia con una declaración de amor, cuyas palabras bien podrían encontrarse entre las cartas del joven Werther de Goethe.
En el prólogo a la primera edición nos muestra quién era realmente Marie von Clausewitz, una mujer que no se terminó de acomodar al lugar que la sociedad prusiana de 1832 le permitía como esposa de un militar. Aunque inicialmente se disculpa por su «atrevimiento» de introducir al estudio del pensamiento militar de su marido, tampoco necesita ninguna aprobación, pues sus amistades saben quién es ella y el derecho que posee sobre la obra: «Para mis amigos, esto no requiere ninguna explicación» (Marie von Clausewitz, en Prólogo de De la Guerra). Pero ese derecho era mucho más obvio, Carl no dejó sus escritos a ninguno de sus oficiales, sino a su esposa, quien sería la responsable de transmitir las ideas allí contenidas. Y lo esgrime mediante la dualidad humildad-orgullo en el segundo párrafo: «…no puedo tener ni la más remota intención de considerarme la verdadera autora de una obra que está muy por encima de mi horizonte. Sólo quiero ser su acompañante en su entrada al mundo. Bien puedo reclamar ese puesto, dado que fue uno parecido el que se me concedió en su origen y conformación» (Marie von Clausewitz, en Prólogo de De la Guerra).La publicación del manuscrito original supuso un auténtico desafío para cualquier editor, incluso si hubiera participado del proceso creativo en primera persona, como fue el caso de su esposa. Carl era un escritor tremendamente desordenado, las correcciones y notas marginales se extienden por cientos de páginas del manuscrito y existen notas aclaratorias esenciales sin fechar ni ordenar (tal es el caso de la «nota B» que aparece en el prólogo y no está claro si es posterior a la «nota A» de 1827 en la que expresa que es el Libro I el único de redacción definitiva, lo que ha llevado a importantes discusiones sobre muchos de los conceptos que aparecen en el libro). El círculo de amistades más próximo a Marie la exhortaría a que fuese ella quien introdujese al lector en el pensamiento de su marido. Su hermano el Conde von Brühl y dos amigos de la familia, Carl von Gröben y el mayor Franz August O’Etzel, que colaboraron en la publicación no cuestionaron el papel de Marie como editora y su voluntad de dar a «conocer en los siguientes volúmenes, y del mismo modo en que se encontró, sin añadir ni tachar una sola palabra» (Marie von Clausewitz, en Prólogo de De la Guerra), pero sin renunciar a la responsabilidad de ser la última autoridad en la primera edición de la obra de su indeciblemente amado esposo.

Gracias la publicación de esta primera biografía de Marie von Clausewitz por Eftimova Bellinger, por fin tenemos la oportunidad de asomarnos al pensamiento y emociones del teórico de la guerra a través de los ojos de quien más íntimamente lo conocía.

BIBLIOGRAFÍA

• ALONSO BAQUER, M., De Querol Lombardero, A. y Kutz, M.: «Clausewitz y su entorno intelectual». CESEDEN., Ministerio de Defensa. Madrid, 1990.
• CLAUSEWITZ, C. von, «De la guerra». La Esfera de los Libros. Madrid, 2005.
• EFTIMOVA BELLINGER, V., «Marie von ClausewitzThe Woman Behind the Making of On War». Oxford University Press-USA, 2015.
• EFTIMOVA BELLINGER, V., «The Other Clausewitz: Findings from the Newly Discovered Correspondence between Marie and Carl von Clausewitz». Journal of Military History, Vol. 79, No. 2, April 2015.

Acerca de Joaquin Pellicer Balsalobre

Funcionario de carrera de la Aministración General del Estado.Magíster en Seguridad y Defensa por la UCM-CESEDEN (2011) Diploma de Altos Estudios Internacionales de la Sociedad Española de Estudios Internacionales (SEI).Actualmente alumno del Máster los retos de la Paz, la Seguridad y la Defensa del Instituto Universitario Gutiérrez Mellado.