La Real, galera de Juan de Austria en la Batalla de Lepanto. (Óleo de Ferre Clauzel).

Lepanto: crónica de una gran batalla naval

Introducción.

Hace 450 años, se libraba en el Golfo de Lepanto una enorme batalla naval, en la que la Santa Liga se enfrentaba al poderío turco en lucha por la hegemonía del Mediterráneo. Fue un combate en el que ambas partes enfrentaron lo mejor de sus flotas, y en el que la Santa Liga, con gran cantidad de fuerzas españolas y bajo mando también español, salió victoriosa.

Antecedentes de la batalla.

La caída de Constantinopla en manos de los turcos había supuesto un fuerte golpe para Europa, que se veía seriamente amenazada por la expansión del imperio otomano. El emperador turco Solimán había comenzado a engrandecer su imperio a costa de tierras ganadas a otros países, y su sucesor Selim II, aceleró el proceso al atacar las costas mediterráneas de la cristiandad, adueñándose de sus territorios para aumentar su poderío. Fueron estas acciones, entre las que destacó el asedio a Malta en 1565 (en el que los turcos no salieron muy bien parados, y sobre todo los ataques a Chipre en 1570), las que empujaron a los cristianos a reaccionar para poner freno a aquellos desmanes. Con tal motivo, el Papa Pío V logró que la República de Venecia, los Estados Pontificios y España, formaran la Santa Liga y organizaran una flota de casi 300 barcos, entre los que se contaban unas 207 galeras pertenecientes a España (que aglutinaba fuerzas de la propia España, Saboya, Génova, Nápoles y Malta), Venecia y los Estados Pontificios, además de 6 grandes galeazas venecianas.  

Juan de Austria, hijo natural de Carlos I y medio hermano de Felipe II, fue nombrado Capitán General de la Mar y puesto al frente de aquella gran flota, en discusión con Venecia, que quería poner al mando a Veniero, valeroso y aguerrido almirante de más de 70 años. Pero España hizo prevalecer sus derechos, al correr con el 50 % de los gastos.   


Juan de Austria, capitán general de la mar y comandante de la flota de la Santa Liga. (Dibujo: Marcelino González).

Concentración de los barcos.

De julio a septiembre de 1571, la Santa Liga se concentró en el puerto de Mesina (Sicilia, Italia). Se eligió este puerto por su amplitud, por su posición central con respeto a los participantes, por encontrarse relativamente lejos de donde estaban actuando los turcos, pero lo suficiente cerca para desplegar y presentar batalla, y por su situación, que permitía un rápido cierre del mar Adriático de ser necesario. Las fuerzas fueron llegando con cuentagotas; el 23 de julio, Sebastiano Veniero fue el primero en llegar con galeras venecianas; el 25 de agosto, llegó Juan de Austria con galeras españolas; y el último fue Álvaro de Bazán, con galeras españolas el 5 de septiembre.

Reunida la flota, el 7 de septiembre hubo confesión general, comunión y bendición a cargo de un delegado del Papa. Y el día 8, Juan de Austria pasó revista de las fuerzas, en la que vio que muchas galeras venecianas presentaban grandes deficiencias, unas por vejez y falta de mantenimientos, y otras por haber sido construidas con excesiva rapidez a última hora. Además, entre los barcos venecianos se apreciaba una gran falta de personal, por lo que autorizó que unos 4.000 soldados españoles pasasen a servir en dichas galeras.

Salida a la mar y movimientos de la Santa Liga.

La Liga zarpó de Mesina el 16 de septiembre de 1571, para dirigieres a levante a la búsqueda de la flota turca y presentarle batalla. Las cifras de barcos, combatientes, cañones, etc. varían con los textos y fuentes consultadas, pero se aproximan a las que se indican a continuación. Además de las 207 galeras y 6 galeazas, integraban la fuerza unas 100 unidades auxiliares, entre ellas 26 naos de transporte de tropas, remeros, munición, víveres, pertrechos, etc., además de embarcaciones menores de remos, como galeotas, fustas, bergantines y fragatas. Armaban un total de 1.815 cañones además de otra armas. Y sus dotaciones sumaban unos 84.420 hombres, de ellos: 28.000 soldados, 12.920 marineros y 43.500 remeros.

Navegaron formando una línea de fila de 10 millas de largo, con las galeras de los diferentes países intercaladas, y las galeazas a remolque. Formaban la línea las siguientes agrupaciones, que se correspondían con las formaciones que iban a desplegar en el momento de la batalla: vanguardia o descubierta al mando de Juan de Cardona; primera escuadra o ala derecha, al mando de Juan Andrea Doria; segunda escuadra o cuerpo de batalla, mandada por Juan de Austria; tercera escuadra o ala izquierda, mandada por Agostino Barbarigo; y retaguardia o socorro, al mando de Álvaro de Bazán. La marcha fue lenta, debido al mal estado de algunas galeras venecianas, y por el remolque de las galeazas.  

Despliegue de la Santa Liga en Lepanto. 1.- Barbarigo; 2.- Juan de Austria; 3.- Andrea Doria; 4.- Álvaro de Bazán; 5.- Galeazas.

La flota entró a aprovisionar el 26 de septiembre en Corfú, que había sido arrasado por los turcos, por lo que se fue a Gumenizas, a donde llegó el día 30. Tras aprovisionar, efectuar ejercicios y evoluciones, zarpó el 3 de octubre rumbo a Cefalonia, donde entró el día 4. Mientras tanto, Gil de Andrada estuvo buscando a los turcos por Prevesa y otros lugares, hasta que se enteró de que estaban en Lepanto. La flota continuó hacia Petala, donde entró el día 6, y tras celebrar consejos, Juan de Austria decidió salir a la mar en la madrugada del 7 de octubre, para dirigirse al golfo de Patrás a través del estrecho de Oxia.

Reunión y movimientos de las fuerzas turcas.

Los turcos, mientras tanto, seguían con sus correrías, asaltando pueblos y ciudades del Mediterráneo Central. A partir de mayo 1571 habían hecho de las suyas por Creta y Dalmacia. Llegaron al fondo del Adriático, donde sembraron el pánico de los venecianos. Y en agosto tomaron Famagusta, con lo que cayó en sus manos la isla de Chipre, que pertenecía a Venecia. Pero se enteraron de que en Mesina se estaba reuniendo una poderosa fuerza naval cristiana para hacerles frente, y decidieron concentrarse en Lepanto y alistarse para presentar batalla.

Mapa de Grecia, con las zonas de actuación previas y durante la batalla de Lepanto.

Lepanto es un golfo largo y estrecho de Grecia, que separa el Peloponeso del resto del país. Y también es el nombre de la ciudad que se encuentra el la margan norte y más estrecha de dicho golfo. Actualmente, el golfo de Lepanto se considera dividido en dos partes: la oriental es el golfo de Corinto, que comunica con el Mediterráneo por el estrecho canal artificial de Corinto; y la occidental, donde tuvo lugar el combate, es el golfo de Patrás. Al llegar a Lepanto, los turcos llamaron a todos sus barcos dispersos por la zona, hasta reunir unos 300, de los que unas 210 eran galeras y 68 galeotas.  

En Lepanto capturaron a todos los hombre que pudieron, para servir a bordo de sus barcos.  Y efectuaron aguada y aprovisionamiento, requisando todo el trigo y víveres en varias millas a la redonda. Con lo que, cuando se hicieron a la mar, dejaron la ciudad sin provisiones, y habitada solo por mujeres y niños.  

Durante el período de preparación, varios corsarios turcos llevaron a cabo una intensa labor de espionaje. Entre ellos destacó Kara Kodja, que con una galera entró una noche en Mesina cuando se concentraba la Santa Liga, y más adelante siguió a los barcos cristianos de cerca embarcado en un pesquero. Contó los barcos que veía e informó al comandante de la flota turca, Ali-Pachá. Pero sus informes nunca fueron exactos y siempre se quedó corto, porque nunca llegó a contar la totalidad de las galeras cristianas, y nunca vio las seis galeazas.

Tras celebrar un consejo para estudiar la mejor forma de actuar, el 5 de octubre, la flota turca salió a la mar, fondeó en la bahía de Calydon, y el día 7 de madrugada, zarpó dispuesta a presentar batalla.

Barcos participantes.

Los principales barcos en el combate fueron las galeras de ambos bandos, las galeazas venecianas, y los barcos menores de remos: galeotas, fustas, bergantines y fragatas.  

La galera era un barco ligero, alargado y estrecho, con remos que la hacían independiente del viento. Tenía una eslora de 45 a 60 metros y una relación entre manga y eslora de 1 a 8, un fuerte espolón, una fila de 25 a 30 remos por banda, cada remo manejado por 3 a 7 hombres, y mástiles para navegar a vela en los tránsitos. Contaba con piezas de artillería, pero el combate se solía resolver con la embestida al espolón, el abordaje y el cuerpo a cuerpo. En combate no solía utilizar las velas, ya que eran los remeros los encargados de maniobrar el barco.

Galera navegando. (Acuarela de Marcelino González).

La galeaza era como una galera muy grande, con mayor eslora y manga, en una relación de 1 a 6. Era de movimientos muy lentos, pesada y difícil maniobrar, por lo que en los tránsitos era necesario llevarla a remolque. Pero era un barco valioso y muy poderoso, que por sus dimensiones proporcionaba una plataforma estable para la artillería. En cubierta tenía una especie de reducto protegido, con cañones, y los costados y la popa también estaban fuertemente armados. Los remeros estaban protegidos por una cubierta de madera. Y tenía un fuerte espolón capaz de destrozar cualquier galera o barco menor que tuviera la desgracia de encontrarse en su camino.

La galeota era como media galera, y los demás: fusta, bergantín y fragata, eran más pequeños. Dependiendo de sus tamaños, se empleaban en combates, en golpes de mano, como avisos, para transbordo de personal, para llevar ordenes, para trasladar autoridades, etc.

Desarrollo de la batalla.

A la 7 y media de la mañana del 7 de octubre de 1571, la flota aliada navegaba hacia el sur a lo largo de la costa, y salía del estrecho de Oxia para desplegar en el golfo de Patrás al sur de punta Scropha. Y la flota turca se encontraba a unas 15 millas a poniente, navegando a toda vela hacia levante, ya desplegada y con el viento de popa, formada en cinco escuadras en línea de fila: Mohammed Sirocco en el ala derecha cerca de las costas norte; Ali-Pashá al centro; Uluch-Ali en el ala izquierda al sur de la fuerza; y Dragut a popa, en la retaguardia, con las fuerzas de reserva o socorro. Al divisar a los cristianos, apuraron la marcha para tratar de atacarlos antes de que terminaran de desplegar, y la retaguardia de Dragut se unió al cuerpo central de Alí-Pashá.

La Santa Liga desplegó con rapidez: el ala izquierda al norte, al mando de Barbarigo; el ala derecha al sur, al mando de Andrea Doria; al centro el cuerpo de batalla al mando de Juan de Austria; y a popa, en la retaguardia, la escuadra de socorro al mando de Álvaro de Bazán. Las seis galeazas tenían que desplegar a tres cuartos de milla por delante de las formaciones delanteras, pero solo lograron ocupar sus puestos las cuatro de más al norte; las otras dos quedaron retrasadas, por los movimientos hacia el sur de la escuadra de Andrea Doria.

Previamente, las galeras habían cortado los espolones, para no estorbar a los cañones centrales de proa y permitirles disparar a corta distancia.

Despliegue de ambas escuadras en Lepanto; La Santa Liga en azul a la izquierda, y la esquadra turca en rojo a la derecha: 1.- Sorocco; 2.- Alí-Pashá; 3.- Uluch-Alí; 4.- Dragut.

Sobre las 11 horas, la escuadra cristiana ya estaba desplegada, y ambas flotas navegaban con las formaciones en línea de frente, con unos barcos al lado de otros, para llevar a cabo los ataques. Mientas, el viento rolaba a poniente. Sobre las doce se produjo el reto por parte de Alí-Pashá, que disparó un cañonazo y desplegó el estandarte de la flota turca, que fue contestado con otro cañonazo de Juan de Austria, que también desplegó el estandarte de la Liga. Cesó el viento, y quedó un día luminoso y en calma.

Pasadas las 12 horas se produjeron los primeros disparos del combate. Fueron los turcos que dispararon a distancia con poca efectividad. A continuación, tuvieron que pasar entre las cuatro galeazas que estaban en sus puestos, y que con su artillería causaron verdaderos estragos ente las galeras turcas, que rompieron las formaciones para esquivarlas y continuar hacia las galeras de la Liga. Éstas dispararon sus cañones de proa en el último momento gracias a no tener espolones que les estorbaran, y causaron una gran mortandad en las proas de las galeras turcas.

En la parte norte, Sirocco, buen conocedor de las aguas poco profundas de la zona, rodeó y atacó a las unidades de Barbarigo, que trató de cerrarle el paso. Se produjo un fuerte combate en el que tomaron parte algunas galeras de Álvaro de Bazán. Barbarigo recibió un flechazo en un ojo que le produjo la muerte. Sirocco también murió, y todas sus galera resultaron varadas o fueron incendiadas, hundidas o apresadas.

Combate a muerte sobre las galeras de Juan de Austria y de Ali Pasha tras embestirse. (Sello de Correos conmemorativo del IV Centenario de la Batalla de Lepanto. Colección: Marcelino González).

En el centro, las galeras de Juan de Austria y Ali Pasha se embistieron mutuamente y se convirtieron en campo de batalla, en el que hubo un feroz combate con la intervención de otros capitanes, y Álvaro de Bazán jugó un papel crucial. Ali Pasha resultó muerto, fue arriada la bandera de combate turca, y al poco tiempo, tanto en el centro como en el norte la situación era claramente favorable a los cristianos.

En cuanto a la parte sur, Uluch-Alí trató de rodear las fuerzas de Doria sin conseguirlo, pero al mover Doria sus fuerzas hacia el sur para evitar el envolvimiento de Uluch-Ali, abrió un gran hueco por el centro que fue aprovechado por el turco para caer hacia el norte y acercarse a las fuerzas de Juan de Austria. Atacó algunas galeras de Malta e hizo algunas presas. Pero la decisiva intervención de Álvaro de Bazán y del propio Juan de Austria, junto con Andrea Doria que se aproximaba por el sur, obligaron a Uluch-Alí a abandonar las presas y huir. Y en menos de 5 horas finalizó el combate, con la mar totalmente teñida de rojo por la sangre de los combatientes.

Álvaro de Bazán, comandante de las fuerzas de reserva y de apoyo, y Uluch-Alí, comandante del ala izquierda de la escuadra turca. (Retratos de Marcelino González).

Resultados.

La Santa Liga alcanzó una decisiva victoria y la flota turca resultó derrotada y totalmente deshecha. Las cifras con los resultados del encuentro varían mucho según las fuentes consultadas,  por lo que deben tomarse solo como referencias para tener una idea de lo ocurrido. La Liga perdió 15 galeras, y tuvo 8.000 muertos y 14.000 heridos, mientras la flota turca sufrió la pérdida de unas 200 galeras, y tuvo unos 30.000 muertos, cayeron prisioneros casi 3.500 hombres, y 12.000 cristianos fueron liberados. El botín de la Liga fue enorme en oro, plata, joyas, piedras preciosas, sedas, telas y otras mercancías lujosas, además de 117 galeras útiles (las demás fueron quemadas), 13 galeotas y fustas, muchos cañones, y los casi 3.500 prisioneros turcos que pasaron a ser esclavos. De este botín, la mitad correspondió a España y la otra mitad fue para Venecia y los Estados Pontificios.

La batalla de Lepanto, fue uno de los mayores enfrentamientos en la mar en toda la historia, y fue el último gran encuentro de barcos de remos en el Mediterráneo. Sus resultados fueron decisivos para frenar el poderío turco. Lepanto supuso el comienzo de la decadencia del imperio otomano; fue una gran pérdida de prestigio al desaparecer el carácter de invencible que tenía hasta entonces, frenó sus movimientos expansionistas por Europa y África, y prácticamente no volvió a salir del Mediterráneo Oriental, ni se asomó al Mediterráneo Occidental.

Acerca de Marcelino González

Capitán de navío retirado. Es vicepresidente de la Real Liga Naval Española, académico de número de la Real Academia de la Mar, académico correspondiente de la Academia de las Ciencias y las Artes Militares, y vocal de la Junta Facultativa del Instituto de Historia y Cultura Naval. Es pintor, dibujante e ilustrador. Ha pronunciado numerosas conferencias, principalmente sobre historia naval. Es articulista en diferentes revistas. Ha colaborado en la edición de varias obras literarias. Y es autor de quince libros, de los que el último, “Doce marinos gallegos”, ha sido editado en el mes de mayo de 2021.