Finalmente ha llegado la hora de la verdad. En el reloj de España y su Constitución son las 155 H. En punto. Y ha ocurrido sin demasiada sorpresa porque esta trama delictiva viene fraguándose desde hace años , sin pausa y sin temor alguno, con la decisión de los fanáticos.
España es una Nación respetada y respetable y eso no lo han percibido los golpistas. No de manera efectiva. Hace poco tomé café con un veterano corresponsal en España del Frankfuerter Allgemeine, uno de los diarios más influyentes de Alemania, y me decía; «España es mucha nación, ya lo dijo Bismarck, » España es fuerte y admirable, y a pesar de que algunos españoles se han empeñado en romperla, nunca lo han logrado», ni lo van a lograr ahora, apostilló mi amigo alemán. Me anima esta opinión de un profesional de la información. Y me animan también las declaraciones institucionales de presidentes y jefes de Estado de todas las naciones democráticas del mundo. Por supuesto de la Unión Europea, pero también de América; EE UU e Iberoamérica que han sido contundentes, ninguno reconoce la existencia de esta nueva república de «caganets». Como asimismo, de todas las instituciones y organizaciones internacionales; OTAN, ONU, UNESCO, entidades financieras como el Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, etc., etc., Nadie en el mundo reconoce esa irrealidad de exaltados, y por contra apoyan las medidas constitucionales que ha adoptado el Gobierno de España para restituir la legalidad constitucional en Cataluña. Pero ellos continúan en su delirio, dentro de la cápsula de la irrealidad, como si el mundo no existiera.
Son las 155 H en punto en el reloj de España. Y ya no hay quien pare este reloj donde la Justicia, esa Justicia democrática que garantiza nuestras libertades y derechos comienza a actuar sin demora. El Gobierno ha actuado en consecuencia y, algo muy relevante, ha logrado formar un bloque constitucional que ha estado firme en la defensa de la Constitución, del ordenamiento jurídico y de la democracia. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez ha estado a la altura de las circunstancias y eso hay que resaltarlo en su valor. La historia recordará este gesto, como recordará que el PSOE ha probado su identidad y su mejor tradición al servicio de España y su unidad territorial. Asimismo, Ciudadanos y su líder, Albert Rivera , como Inés Arrimadas, paladines todos sin fisuras de la unidad de España. Es mucha España la que se congrega entorno a PP, PSOE y Cs.
Pero a pesar de esta realidad incuestionable, los fanáticos continúan obcecados en su delirio. En principio, algunos no reconocen las medidas estrictamente legales que ha adoptado el Gobierno de España en tiempo record tras su aprobación mayoritaria en el Senado, publicadas todas en el BOE y con eficacia jurídica inmediata; la destitución por cese de todo el Govern de la Generalitat, de la Mesa del Parlament, de altos cargos de Interior, Hacienda, Comunicaciones etc. Entre ellos la destitución del Mayor de los Mossos, el cuestionado e imputado Jose Luis Trapero. Ayer, el que fuera presidente de la Generalitat, el destituido Puigdemont, ha manifestado en TV3 que no acata su destitución y convocará al destituido Govern para seguir trabajando. Asimismo, y como objetivo primordial, se convocan elecciones autonómicas en Cataluña para el día 21 de diciembre. Está claro que Mariano Rajoy, ayudado y apoyado en todo momento por Sánchez y Rivera, ha preferido una aplicación del artículo 155 por un periodo corto aunque intenso, y abre la via para que los catalanes, todos sin excepción, puedan restituir su legalidad y su Autonomía, su Parlament y su Govern, mediante unas elecciones libres con todas las garantías democráticas que requiere este proceso.
Todas estas medidas han creado un frente de resistencia activa en torno a los llamados «Comités de Defensa del Referéndum». Se trata de 150 organizaciones expertas en agitación y movilizaciones cuyo modelo son aquellos soviets que fueron determinantes en la implantación de la Rusia Comunista, es decir, un modelo claramente revolucionario. Lo que significa que a partir del lunes 30 de octubre, en el que comenzarán a aplicarse de manera efectiva las medidas del Gobierno, podrían iniciarse jornadas cargadas de tensión y violencia donde nada se puede excluir, incluido el uso de la fuerza. Cabe recordar en estos momentos dramáticos, que en democracia la única violencia legítima corresponde al Estado, que podría usarla en circunstancias excepcionales porque los españoles hemos depositado libremente en ese Estado de Derecho la capacidad para defender en nuestro nombre los derechos y libertades de todos, amparados en la Constitución y la Ley.
Los rebeldes de Cataluña no se representan más que a ellos mismos y ya carecen de legitimidad al situarse fuera de la Constitución. Así lo reconoce el mundo entero. España es una democracia plena, reconocida , respetada y apoyada en el mundo. Hay mucha España activa en estas jornadas, más allá de la España oficial, se ha recuperado un sentimiento adormecido que se reencuentra en las raíces más profundas de nuestra Historia. Frente a esta España unida entorno a su Constitución, a su legitimo Gobierno, a su Parlamento y a su Senado, y sobre todo a su Rey, los sediciosos no tienen posibilidad de triunfar, y esa imaginaria república será otro episodio doloroso de tantos otros intentos que fueron un descalabro emocional, económico y social para Cataluña.
El reloj marca las 155 H, la hora de la verdad. Ya no caben subterfugios, ni maniobras, ni pactos, ni chantajes. Ni siquiera la cobardía de esos diputados «patriotas» votando en secreto la Declaración de Independencia sin la gallardía de enfrentarse a las consecuencias de sus actos. No, ahora los trileros que han conseguido embaucar a una buena parte de los catalanes habrán de enfrentarse a sus responsabilidades. Ahora toca pagar la factura de este largo y doloroso esperpento. Me comenta un anciano profesor de Historia, que en estos momentos dramáticos cabe cierta nostalgia al recordarme y hablarme del que fuera regente de España en el reinado de Isabel II, el teniente general Baldomero Espartero, del presidente del Gobierno de España y capitán general de los ejércitos tras la I República, Juan Prim y Prats, y del jefe de la División Orgánica de Cataluña durante la II República, general Domingo Batett. Todos ellos se mantuvieron firmes y activos en su tiempo. Cabe esperar que el Gobierno y la Justicia española se comporten a la altura de estas excepcionales circunstancias.
Son las 155 H en el reloj de España. Fecha y hora para recordar.