Las dificultades de la OTAN actual a la hora de tomar deciones

Las dificultades de la OTAN actual a la hora de tomar deciones
Orígenes, misión y dificultades por las que ha atravesado la OTAN hasta nuestros días
Como bien es sabido la Alianza Atlántica nació el 4 de abril de 1949 en Washington con la firma del Tratado del Atlántico Norte. Como consecuencia de dicho Tratado surgió lo que se conoce como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que supone la institucionalización de dicha Alianza compuesta, hoy en día, por 28 países de Europa y Norteamérica y cuya finalidad principal es la defensa colectiva de los mismos, las personas y sus fuerzas armadas desplegadas dentro o fuera de su territorio frente a amenazas externas.
El soporte jurídico internacional en el que se apoya la OTAN radica en el contenido del artículo 51 de la Carta de Naciones unidas que recoge el derecho de legítima defensa colectiva y, en su virtud, el artículo 5 del propio tratado de la Alianza Atlántica fija claramente que un ataque armado contra uno o varios de sus miembros será considerado como un ataque contra todos ellos. Por otro lado, su artículo 6 establece los límites espaciales para la aplicación del artículo 5 (lo que se conoce como la noción de área euro-atlántica). Las decisiones se toman por consenso y se adoptan por el Consejo Atlántico, compuesto por los Representantes de los 28 países aliados a nivel permanente de embajadores, o por los Ministros (de Defensa y/o Exteriores) o de Jefes de Estado y Gobierno que se reúnen con carácter periódico o extraordinario (cada dos años en el caso de los Jefes de Estado).
En sus orígenes, la Alianza Atlántica tuvo como finalidad primordial contener la expansión del comunismo soviético hacia las democracias occidentales. Durante toda la Guerra Fría tuvo que hacer frente a las diferentes amenazas que provinieran de la URSS en función de las capacidades y posibilidades militares del Pacto de Varsovia en su conjunto. En consecuencia y dada la entonces considerada gravedad de la situación, la OTAN mantuvo una cohesión a ultranza y tuvo éxito en el cumplimiento de su misión durante la guerra fría porque el enemigo estaba claro, hubo consenso sobre qué hacer en cada circunstancia en particular y porque se logró que la participación y el grado de compromiso de sus miembros fueran determinantes, unánimes, claros, concisos y casi sin fisuras o rehencillas entre ellos salvo algunos protagonismos o desavenencias por parte de alguno de sus miembros, Francia principalmente.
Podría decirse que a partir de la caída del muro de Berlín en 1989 y el desmembramiento de la URSS la Alianza ha sufrido grandes cambios en su misión y las consecuentes transformaciones. Dichos cambios en su misión y organización, diversas transformaciones o adaptaciones orgánicas o de su despliegue y las sucesivas ampliaciones (algunas sin necesidad aparente o como consecuencia de meros intereses políticos), no le han aportado beneficios palpables y, por el contrario, han originado grandes lacras a la misma; de entre ellas destacan: la creación de diversas corrientes o tendencias y la pérdida de la unidad de propósito que la Guerra Fría propició en Europa occidental y EEUU.
La OTAN comenzó a fragmentarse políticamente y hasta militarmente cuando perdió su enemigo y el apego a la misión que le dio su significado. Continuó fragmentándose cuando EEUU decidió combatir contra Irak por segunda vez en 2003. La mayoría de los países de la OTAN apoyaban, con ciertos reparos, la invasión iraquí, pero Francia y Alemania se opusieron de pleno. Este hecho, dañó las relaciones de EEUU con Europa, particularmente con los franceses. Pero el mayor daño dentro de Europa fue la división entre aquellos que querían mantener relaciones estrechas con EEUU, y los que mantenían la idea de que Europa tuviera voz propia y distinta a la de los americanos.
Por otro lado, no hay que olvidar que la crisis financiera global que se inició en 2008 dividió mucho más a los propios países de Europa, que a los americanos y europeos entre sí. Las relaciones entre los diferentes gobiernos europeos se volvieron desconfiadas, tensas y llenas de reproches por lo que dichas tensiones político-económicas se transformaron en actitudes muy diferentes, tales que se llegaron a cuestionar los gastos en la defensa individual y colectiva de los estados en beneficio de la Alianza y en apoyar o no las pocas iniciativas que se han planteado en estos años de entre las que destacan: la participación o no en el conflicto libio, la transformación y consiguiente continuidad de la Misión de la OTAN en Afganistán y el denominado Escudo Antimisiles en Europa.
Si tenemos en consideración lo ya mencionado de que en la OTAN las decisiones se adoptan por consenso, dichas tensiones, sin duda, han propiciado diferentes puntos de vista y nuevos distanciamientos entre sus miembros con claras repercusiones tanto en la OTAN como en la UE. La Alianza transatlántica no puede funcionar con prontitud y eficacia cuando un lado está en profundo desacuerdo con sigo mismo en muchas cosas (Europa) y el otro lado no tiene deseos de ser arrastrado a solventar todo tipo de crisis, casi en solitario, en tierras fuera de su área de influencia y, sobre todo cuando se halla en pleno proceso de cambio geoestratégico y trata de orientar sus esfuerzos hacia el área Asia-Pacífico (EEUU).
Una alianza que rehúye y/o no conoce o define claramente: su misión actual, los problemas que debe enfrentar, el grado de implicación individual y colectiva y los planes a ejecutar está avocada al fracaso a corto o medio plazo. Si además, las partes ven que algunos miembros tienen intereses particulares en cada conflicto en cuestión, como sucedió a la hora de intervenir en Libia o en Malí, no puede ser considerada como una alianza efectiva.
Punto aparte merece la consideración de que uno de los principales problemas a los que se enfrenta y, de momento no se aprecia una clara solución, es la constante reducción de efectivos y capacidades militares de casi todos sus miembros. Dichas reducciones están derivadas de tres factores fundamentales; en primer lugar, del sentimiento colectivo de la no existencia de un enemigo que nos pudiera afectar a todos y poner en peligro nuestra supervivencia (lo que significó la falta de una misión clara para la OTAN). En segundo lugar, por el distanciamiento de los ciudadanos europeos de la necesidad de contar con unas fuerzas armadas potentes para garantizar su seguridad frente a amenazas inopinadas y en tercer lugar por orden de aparición en escena pero no menos importante, como resultado de las consecuencias de la crisis económica de 2008 que ha afectado, en mayor o menor medida, a todos los países europeos y por la que ha resultado difícil la justificación de la necesidad de realizar o mantener importantes gastos en defensa como en antaño (los famosos recortes han afectado a todos los sectores , pero fundamentalmente a los gastos en defensa en la mayoría de los países europeos).
Antes de la mencionada crisis, los problemas internos dentro de la Alianza iban en aumento y por ello ya desde la conocida como Cumbre de Praga (noviembre de 2002) la OTAN trató de solventar sus carencias en mandos y fuerzas operativas de alta disponibilidad con la creación de las conocidas como NATO Response Forces (NRF), que son fuerzas suministradas de forma rotatoria y combinada por todos los miembros aunque lideradas por uno de llos, dispuestas al combate reducido de forma casi inmediata y capaces de llevar a cabo hasta cuatro tipos de misiones: evacuación de no combatientes, lucha contra el Terrorismo, Operaciones de Embargo y Operaciones de Respuesta Rápida en Apoyo a la Diplomacia si se requiere. Las características, despliegue y entidad máxima de estas fuerzas es de una unidad tipo Brigada reforzada terrestre , lo que supone que no son suficientes para una acción de envergadura contra un potencial enemigo asentado o no en el terreno y de suficiente entidad. Las NRF tras su formación y evaluación se encuentran activadas por seis meses y posteriormente son relevadas por otra unidad similar.
La OTAN en función de sus sucesivos cambios de estructura y progresivas adaptaciones a otro tipo de misiones se ha visto embebida en varias operaciones conocidas como fuera de área, y así ha participado en varias operaciones tales como: los Balcanes (KFOR), Afganistán (ISAF), el Mediterráneo (operación Active Endeavour ), África (Darfur ) y el mantenimiento de la zona de exclusión de vuelos sobre Libia, o en Oriente Próximo con la Misión de Entrenamiento en Irak en apoyo de las fuerzas armadas iraquíes antes del repliegue definitivo norteamericano.
El papel desempeñado por los EEUU en los conflictos recientes, sus estrategias, visiones geopolíticas y las dificultades para una posible implicación en el conflicto de Ucrania.
Desde el final de la guerra fría los EEUU han venido aumentado la idea de que la guerra convencional entre naciones-estado difícilmente ocurriría. Durante la década de 1990, se orientó la principal preparación y actividad militar a la participación en operaciones que no sean de guerra (other than war) tales como mantenimiento de la paz, ayuda humanitaria y el apoyo puntual en acciones en favor del cambio o caída de regímenes dictatoriales. Después del 11 de septiembre, muchos comenzaron a hablar de guerra asimétrica y guerras de desgaste o de larga duración. Por ello, los EEUU cambiaron de estrategia y orientaron sus actividades a la lucha prolongada contra el terrorismo en una amplia área del mundo islámico.
El conflicto entre iguales (peer-to-peer) seguía pareciendo costoso en medios y recursos humanos y dado por obsoleto y por ello había que abandonarlo. Todo apunta a que los EEUU, a pesar de que aún mantienen las Fuerzas Armadas más poderosas del mundo, no tienen intención alguna ni están preparados para un conflicto convencional entre iguales con países potentes como Rusia.
Sus métodos y procedimientos precisan de grandes y largas colas logísticas para alimentar la batalla y mantener el estatus de sus soldados acostumbrados hoy en día a un exceso de comodidades y multitud de exigencias para entablar cualquier tipo de combate prolongado. Solo basta recordar los tiempos invertidos en la preparación y acumulación de tropas y recursos para las últimas operaciones de importancia en las que han intervenido (las dos guerras del golfo). Por ello, la simple preparación de una operación de envergadura en Ucrania llevaría muchos meses para poderse llevar a cabo con totales garantías de éxito. A lo que hay que unir que EEUU, principal fuente y soporte militar de la OTAN han venido disminuyendo progresivamente sus capacidades militares en Europa.
Si repasamos la historia, vemos que los americanos, hasta la fecha, nunca han combatido solos y para participar en un conflicto suelen apoyarse en fuerzas de otros países para la creación de una fuerte, efectiva (capaz de combatir por sí mismos) y geográficamente bien posicionada estructura de coalición. El estado actual de ánimo, predisposición, capacidades reales de la OTAN así como las grandes distancias geográficas de muchos de sus componentes con respecto al lugar en conflicto (Ucrania) no cumplen con los requisitos antes mencionados para que los EEUU estimen que la posible coalición resultante les sea conveniente.
Aunque son una gran parte del continente americano, tienen mentalidad de isla al estar flanqueados por el Atlántico y el Pacífico y no esperar problemas de índole militar desde el Norte o el Sur. No han sufrido más que un ataque en fuerza en su territorio, y este, les vino por mar. Los océanos protegen a los EEUU de todo excepto del terrorismo interno y de los misiles nucleares intercontinentales. Mantienen vivos estos hechos y además de combatir el terrorismo en sus mismas bases de origen y montar sucesivos anillos concéntricos para la defensa antimisiles de su territorio, consideran el domino del mar y la libertada de acción en este medio como un elemento imprescindible para su seguridad.
Así se entiende que su participación en Europa en las dos guerras mundiales no fuera desde el primer momento de las mismas, en ambos casos pensaron dejar que el problema se resolviera entre y por los europeos, aunque nunca dudaron en proporcionar apoyos en material y municiones -de los que, dicho sea de paso, obtuvieron grandes beneficios económicos-. Se vieron obligados a participar en fuerza cuando la flota alemana puso en peligro los movimientos de sus barcos de apoyo (IGM) y/o cuando Alemania se coaligó con Japón tras el ataque por mar en Pearl Harbour (IIGM).Dado que actualmente, una guerra nuclear está prácticamente descartada por los efectos que ella tendría para todos, de lo expuesto en los puntos anteriores, se desprende que sería muy difícil una participación activa de los EEUU en una guerra convencional en Europa en solitario o con una coalición deficiente. Además de lo anterior, hay que tener en consideración que actualmente los EEUU tienen mucho más interés en mantener o incrementar sus capacidades en Asia-Pacífico que en Europa y lo uno, dificulta la ejecución de lo otro
El conflicto de Ucrania
Ucrania tras su independencia de la URSS en agosto de 1991 optó por una rotura casi total con Rusia y se declaró país neutral. A pesar de ello, ha mantenido oficialmente una limitada alianza militar con Rusia y otros países de la CEI y, al mismo tiempo, una asociación con la OTAN desde 1994. En la primera década del 2000, el gobierno ucranio de turno comenzó a inclinarse a adoptar una postura hacia la OTAN y debido a ello, se estableció una cooperación más profunda con la alianza mediante la firma del Plan OTAN-Ucrania en 2002. Más tarde, en 2008, se convino en que la cuestión de adhesión a la OTAN debería ser respondida por un referéndum nacional en algún momento en el futuro. Referéndum, que por diversos cambios de gobierno con diferentes posiciones políticas, presiones externas procedentes de Rusia, elevada corrupción de muchos de sus dirigentes y/o por falta de valor de los mismos nunca se ha llevado a cabo.
Es en noviembre de 2013 cuando comienzan los problemas en Ucrania con levantamientos contra el gobierno, legalmente establecido y encabezado por Víktor Yanukóvich, por parte de grupos a favor de una asociación con la Unión Europea y contrarios a un acuerdo con la Federación Rusa. La crisis, aunque posee un complejo trasfondo histórico, étnico, político, económico y de intereses militares, se caracterizó por el enfrentamiento entre las regiones noroccidentales (más cercanas a Europa Occidental y a la Unión Europea) y las sudorientales (asociadas históricamente a Rusia y a la Comunidad de Estados Independientes).
En enero de 2014, la represión policial contra los grupos opositores se acrecentó, dejando decenas de muertos. La radicalización del movimiento finalizó con la destitución de Yanukóvich por la Rada Suprema y el establecimiento de un gobierno interino a cargo de Oleksandr Turchínov con la clara intención de celebrar elecciones presidenciales a la mayor brevedad posible. Elecciones, que tuvieron lugar el 25 de mayo de 2014 en un clima de tensión en el Este del país, ya que cinco millones de censores no pudieron participar en el sufragio debido al boicoteo de los insurgentes prorrusos, que se negaron a abrir los colegios electorales.
En el ínterin de ambos eventos políticos trascendentales se produjeron varios eventos de relevancia como la crisis de la Península de Crimea que comenzó el 23 de febrero de 2014 como consecuencia de que la población de la zona –la mayoría de ascendencia rusa- no aceptó el referido y denominado «golpe de estado» y como consecuencia de ello, se levantó en protestas y determinadas escaramuzas. Para lograr el éxito, recibieron ayuda (tardíamente reconocida por Rusia) en forma de asesores militares y grupos de operaciones especiales rusos que movilizaron a la población y consiguieron realizar un referéndum popular el 16 de marzo del que se desprendió, con mucha mucha sorpresa y sospecha, un apoyo cercano al 97 % para la secesión de Crimea de Ucrania. El 17 de mayo, fue proclamada la independencia de la República de Crimea y al día siguiente fue aprobada la adhesión de Crimea y Sebastopol a la Federación de Rusia de forma incruenta. La crisis se dio por finalizada el 24 de marzo.
Otro de los eventos de trascendencia fue el surgimiento de diversas protestas en los óblasts de Donetsk, Luhansk y Járkov, donde diversos edificios públicos fueron tomados por manifestantes con pretensiones diversas que iban desde la federalización del país hasta la creación y declaración de independencia de una Nueva Rusia (resultado de la unión de estos territorios ucranios y Rusia) o simplemente la anexión directa de dichos territorios a Rusia. El 7 de abril, fue proclamada la República Popular de Donetsk, seguida al día siguiente por iniciativas similares en Járkov y Luhansk, aunque dichas repúblicas no fueron reconocidas internacionalmente. Como consecuencia de lo anterior, la guerra civil en el Este comenzó el 12 de abril de 2014. El principal núcleo prorruso, la ciudad de Slaviansk, fue sitiada por el ejército ucranio y se llevaron a cabo diversos incidentes con las milicias locales. El conflicto se extendió a otras ciudades, como Kramatorsk y Mariupol. Referendos independentistas no aprobados oficialmente por Ucrania fueron realizados el 11 de mayo en diversas zonas de los óblasts de Donetsk y Lugansk
Las anunciadas elecciones presidenciales para todo el territorio de Ucrania se celebraron el 25 de mayo de 2014. El magnate Petró Poroshenko venció en la primera vuelta de las elecciones, con el 54,1 % de los votos.
Los enfrentamientos entre las fuerzas regulares ucranias y los grupos prorrusos se han venido incrementando y endureciendo a lo largo de la contienda. Esto ha venido siendo facilitado por la participación en los combates de reales unidades acorazadas, artillería, paracaidistas y de operaciones especiales entre las llamadas milicias prorrusas y ha dado las pistas para comprobar que dichas milicias han venido recibiendo apoyos militares de importancia desde Rusia, aunque este país en boca de su Presidente, Putin y de su Ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov lo han venido negando de forma sistemática. Cosa que le está suponiendo un tremendo desgaste y pérdida de credibilidad internacional.Un elemento a destacar de todo este conflicto fue el derribo el 14 de julio del avión que cubría el vuelo MH17 de la compañía Malaysia Airlines cuando volaba a unos 10.000 m. de altitud en el espacio aéreo ucranio. El derribo que se produjo en territorio dominado por los rebeldes prorrusos y tras diversos cruces de acusaciones mutuas, la propia OTAN llegó a demostrar que el avión civil fue derribado por un sistema de misil antiaéreo de fabricación rusa, que recientemente habría sido transferido (como armamento o con su dotación al completo) por Rusia a dichas facciones.
A pesar de la gravedad de los hechos referidos hasta el momento, tanto la OTAN como la UE como algunos países amigos de las mismas han venido reaccionando ante el conflicto entre Rusia y Ucrania de forma precavida y los pasos que se han dado hasta la fecha han sido más bien de carácter económico, que militar (solo determinados apoyos en inteligencia, equipamiento, armas y municiones).
Como medidas iniciales de la OTAN, se consideró el despliegue temporal de determinadas fuerzas no superiores a las que hemos conocido como NRF en países cercanos a Ucrania y el refuerzo de la misión cuasi permanente de defensa aérea en los espacios de los denominados países Bálticos (Lituania, Letonia y Estonia).
Las contramedidas económicas tomadas por Putin para tratar de penalizar o compensar a la UE y EEUU por sus sanciones del mismo tipo, han producido un desgaste entre los europeos pero también un efecto boomerang sobre Rusia porque la escasez y el aumento de precios de determinados productos frescos, lácteos y cárnicos ha comenzado a resquebrajar la moral del ciudadano de la calle, que no se juega nada en este conflicto. Tal y como era de prever, la anunciada y tan cacareada intención de paliar estos problemas abriendo dichos mercados a determinados países amigos en el continente americano tampoco ha resultado muy viable.

Por otro lado, la propia UE y otros países están decididos a ampliar el abanico de sanciones si el conflicto no llega a su fin. Todo ello, a pesar de que el invierno se acerca y el 40% del gas que se consume en Europa proviene de Rusia. Puede que se tenga en consideración que la economía rusa no está en momentos para permitirse el lujo de prescindir del importante flujo de divisas que el gas le proporciona.
Como consecuencia de todo lo anterior, inesperadamente y cuando las fuerzas rebeldes parecían estar alcanzando algunos éxitos relevantes, el pasado día 5 de septiembre se produjo en la capital bielorrusa la firma de un Protocolo para una tregua. En las reuniones para llegar al mismo participaron representantes del Gobierno ucranio, Rusia, los rebeldes prorrusos y de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). El protocolo estaba basado en una propuesta anterior formulada por Rusia . El contenido final del pliego de condiciones para la tregua (que no se dio a conocer de inmediato) reúne los puntos propuestos por los rusos y otros más hasta llegar a doce. Entre los nuevos figura que Kiev deberá conceder un «estatus especial de autogobierno temporal» y la celebración de elecciones locales en las regiones rebeldes de Donetsk y Lugansk y que la OSCE desplegará una misión (de hasta 500 efectivos) para certificar el mantenimiento de la tregua, la impermeabilidad de las fronteras y la aplicación de todo lo acordado.
Por su parte al UE pudo haber sido una pieza clave más en la firma del protocolo dado que el Consejo Europeo había aprobado una ampliación de las medidas sancionadoras sobre Rusia, si la tregua no estaba implementada antes de día 8 de septiembre. Igualmente Francia amenazó con suspender el contrato para la entrega de dos busques de guerra de tecnología avanzada a Rusia si no se implementaba el fin de las hostilidades.
En cualquier caso, el conflicto ha supuesto más de 2000 muertos entre los combatientes y la población, y aproximadamente 1.100.000 personas entre los refugiados en Rusia y los desplazados dentro de Ucrania hasta la fecha.
La irrupción del Estado Islámico y sus amenazas (Las fuentes para este párrafo son: el autor, Wikipedia y la Razón-Internacional- edición del 7 de septiembre)
El IS (por sus siglas en inglés) es una organización extremista suní que ha cambiado su nombre en múltiples ocasiones desde su formación. La organización emergió en 2004 , con el nombre de Yama’at al-Tawhid wal-Yihad (Comunidad del Monoteísmo y la Yihad) pero lo cambió en octubre de 2004 por Tanzim Qa’idat al-Yihad fi Bilad al-Rafidayn (Organización de la Base de la Yihad en el País de los Dos Ríos, TQJBR), conocida coloquialmente como «al-Qaeda en Irak». En enero de 2006, el grupo se unió con otros grupos independientes y se llamó Consejo de la Shura de los Muyahidines, y en octubre de 2006 eligió el nombre Dawlat al-‘Iraq al-Islamiyya, Estado Islámico de Irak. En abril de 2013 el grupo cambió su nombre a «Estado Islámico de Irak y el Levante» para reflejar su involucración en la Guerra Civil Siria.
Cuenta actualmente con unos 10.000-20.000 militantes armados activos y muchos miles de simpatizantes en todo el mundo. Su actual jefe es Abu Bakr al Bagdadi también conocido como el «Califa Ibrahim» tras proclamarse como tal. Su llegada a la posición que ocupa surge, como casi siempre, por las luchas intestinas para alcanzar el poder y la sumisión del resto de los grupos entre cabecillas afines pero de facciones diferentes. Actuaba a las ordenes de Al Qaeda Central hasta que pretendió que el jefe del frente Al Nusra (que opera en Siria), Golani, estuviera a sus órdenes, tras la negativa de este, decidió hacer la guerra por su cuenta.
Su fundamento de autoridad está en la Sharia al Islamiya, la ley musulmana. El término de «Estado islámico» ha tomado una connotación específica moderna desde el siglo XVIII, siendo promovido por ideólogos como Abul Ala Maududi, Ruhollah Jomeini, Israr Ahmed o Sayyid Qutb. Al igual que sucedió con los primeros califatos, están enraizados en los principios de la ley islámica, pero, a diferencia de éstos, los Estados Islámicos modernos pueden incorporar nociones políticas como el sistema parlamentario, la nominación de un gobierno, la soberanía popular o la organización de elecciones.
Tras decidir declarar la Yihad (guerra santa) y crear el Estado Islámico llamó a sus seguidores a luchar por dicho Estado y no diluirse en diferentes esfuerzos parciales contra diferentes tendencias u opresiones a su causa en diferentes países. Profesan un islam ancestral y son seguidores de las teorías de Abu Bakr (que fue el segundo califa después de Mahoma) de ahí el primer nombre adoptado por Abu Bakar al Bagdadi (Abu Bakar de Bagdad) actualmente, Califa Ibrahim. Siguiendo dichas reglas, ofrecen a los de otras religiones que se conviertan al Islam o si no que paguen un diezmo en función de sus riquezas, castigándoles con la pena de muerte si no eligen alguno de dichos caminos.
La organización se caracteriza por su severa interpretación del Islam y su violencia brutal contra los chiitas. Al ser sus miembros de fe suní, su objetivo declarado es expandirse inicialmente por Jordania, Israel, Palestina, Líbano, Kuwait, Turquía, Chipre, Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos para expandirse posteriormente a la mayoría de los países del norte y centro de África y ocupar parte de la Europa del sudeste, la totalidad de la Península Ibérica. Ya se sabe que además, han establecido delegaciones en Afganistán y la India.
Pretende llegar a encabezar un Califato mundial, cuya capital posiblemente se instalaría en Córdoba, en esto si siguen los ideales y sentimientos ya originados en el seno del Al Qaeda de Osama Bin Laden, quien llegó a mencionar y ansiar el «Al Andalus» en muchos de sus escritos, discursos y videos grabados.
En menos de un año de existencia han conseguido dominar grandes extensiones de terreno y propiedades petrolíferas tanto en Siria como en Irak y que la mayoría de los Yihadistas que luchaban en otras organizaciones similares se pasen a su filas; de entre ellos al mayoría de los ciudadanos europeos (1.500/2.000) que se cree que luchan enrolados en facciones Yihadistas.
De entre sus acciones recientes de mayor calado se citan: la masacre durante la conquista de Mosul (Irak) en junio de 2014; los asesinatos masivos de la minoría Yazidí en julio; el fusilamiento masivo de soldados prisioneros sirios en agosto y la publicación de los degüellos de los periodistas americanos, James Foley y Steven Sotloff en agosto y septiembre respectivamente.
Mucho se ha hablado de sus fuentes de financiación, habiéndose llegado incluso a señalar a Arabia Saudí, como el país que corría con sus gastos; pero todo parece apuntar que sus fondos provienen de robos de bancos, saqueo de ciudades, secuestros y fundamentalmente de la venta (empleando intermediarios) de el petróleo producido en las prospecciones que dominan en Siria e Irak.
La Cumbre de la OTAN en Gales (4 y 5 de septiembre 2014)
La agenda de esta Cumbre que, inicialmente, se preveia casi limitada a la discusión sobre la continuidad de tropas OTAN y el cambio de misión en Afganistán a partir del próximo año, se ha visto complicada con los dos conflictos calientes que acabamos de referir. Ambas situaciones no podían obviarse por la OTAN y a pesar de las dificultades para actuar como Alianza en cualquiera de las dos, el aumento de la amenaza del IS y las ya mencionadas publicaciones de los degüellos de dos periodistas americanos y el cariz de los acontecimientos en Ucrania, obligaron a Obama a presentarse a la mesa en Gales con, al menos, algunas propuestas viables y que no tuvieran un gran problema para encontrar el consenso aliado.Como consecuencia de ello la cumbre adoptó lo que se viene a llamar el «NATO Readiness Action Plan» cuya finalidad es proporcionar un conjunto coherente e integral de las medidas necesarias para responder a los cambios en el entorno de seguridad en las fronteras de la OTAN y más allá de ellas que sean motivo de preocupación a los aliados. Responder a los desafíos planteados por Rusia y sus implicaciones estratégicas. Y también a los riesgos y amenazas que emanan de nuestros vecinos del sur, Oriente Medio y África del norte. El Plan fortalece la defensa colectiva de la OTAN, la capacidad de gestión de crisis. Contribuirá a asegurar que la OTAN sigue siendo una alianza fuerte, lista, robusta y sensible capaz de responder a los retos actuales y futuros donde pudieran surgir.
Dentro de los múltiples acuerdos alcanzados en la larga Declaración Conjunta . de la cumbre destacan los compromisos unilaterales de los aliados para ajustar sus gastos en defensa al margen establecido hace años del 2% de su PIB y en la mejora y estandarización de las capacidades de sus medios y adaptación de sus fuerzas a las exigencias modernas. Además, dicha declaración invierte muchos esfuerzos en condenar las acciones y violaciones de los acuerdos internacionales realizados por Rusia en referencia al conflicto en Ucrania, aunque deja la puerta abierta a una nueva normalización de las relaciones OTAN-Rusia.
En lo referente al tema de Ucrania, que ya venía siendo objeto de discusión en el seno de la OTAN a nivel de representación permanente y ministerial, la Cumbre ha alcanzado diversos acuerdos con Ucrania a través de la ya existente Comisión Ucrania-OTAN en la que se decidió mantener y en algunos casos ampliar las medidas ya adoptadas en su día con otras nuevas o en refuerzo de las anteriores Tales como: nuevos programas de mando, control y comunicaciones, logística y normalización, Ciberdefensa, transición de la carrera militar y las comunicaciones estratégicas. La OTAN también proveerá asistencia a Ucrania para rehabilitar a militares heridos en el conflicto. Se compromete a mantener la misión de protección del espacio aéreo de los países bálticos, aumentar el número e intensidad de ejercicios y maniobras en países fronterizos con Rusia/Ucrania y establecer calendarios de ejercicios y maniobras conjuntas con fuerzas ucranias en su territorio (con carácter bilateral). Como medida estrella, destaca la creación de una Fuerza conocida como Very High Readiness Joint Task Force (VJTF) con capacidad de desplegar en pocos días de aviso y actuar en cualquier sitio pero preferentemente enfocada a las fronteras de la Alianza (con velada referencia a Ucrania).En lo referente a la emergente amenaza del IS la Declaración Conjunta entre otras conclusiones y acciones a tomar afirma que el IS «Plantea una grave amenaza a la población iraquí, al pueblo sirio, a la región y a nuestras naciones. Nos indignan los recientes ataques bárbaros de ISIL contra todas las poblaciones civiles, en particular aquellos que sistemática y deliberadamente han sido dirigidos contra comunidades religiosas y etnias enteras. Condenamos los actos violentos y cobardes de la ISIL en los términos más fuertes. Anunciamos que si se ve amenazada la seguridad de cualquier aliado, no dudaremos a tomar todas las medidas necesarias para garantizar nuestra defensa colectiva. El rápido deterioro de la situación de seguridad en Irak y de la expansión del ISIL subraya la necesidad de una solución política basada en un gobierno iraquí que incluya representaciones de todas las facciones políticas y religiosas en el país. Además, a la luz de las dramáticas consecuencias humanitarias de esta crisis y sus repercusiones sobre la seguridad y estabilidad regional, muchos aliados ya han suministrado y están ofreciendo, seguridad y asistencia humanitaria a Irak de forma bilateral.»Para adoptar medidas concretas de acción para afrontar la constante amenaza que supone el IS se tuvo que producir un encuentro al margen de las reuniones oficiales de la Cumbre. En é, de los 28 países miembros de la OTAN solo participaron en dicho encuentro 9, y estuvo formado por ministros de Defensa y Exteriores de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Canadá, Australia , Turquía, Italia, Polonia y Dinamarca. En dicha reunión, aparte de confirmaciones y/o informaciones posteriores, se llegó a un acuerdo de mínimos por el que se comprometen a estudiar la realización de acciones de carácter militar aéreo, inteligencia y operaciones de decepción, pero sin participación de fuerzas en tierra. Al menos, en territorio sirio para evitar que estas acciones sean confundidas con apoyos clave para la supervivencia del régimen de Al Asad.
CONCLUSIONES
A la OTAN la celebración de esta cumbre y la consecución de una larga y bastante clara declaración conjunta le han costado mucho esfuerzo, principalmente porque ataca políticamente a Rusia y proporciona un mensaje de claro aviso al IS (aunque sin especificar claramente las acciones que están dispuestos a realizar si las cosas se complican en cualquiera de las dos graves situaciones). El Presidente Obama ha vuelto a tomar las riendas de la política exterior de la Alianza sobre la idea americana y, a falta de verdaderos y detalladas planes de acción , parece recuperar el espacio que había perdido (interna y externamente).
Putin, consciente o inconscientemente, ha vuelto a levantar el espíritu de cohesión entre los aliados y al mismo tiempo, la amenaza rusa ha servido para que la Alianza resurja de sus cenizas (a punto de finalizar su última misión en Afganistán y con los americanos más pendientes de su nueva postura geoestratégica hacia Asia-Pacífico) y vuelva a mirar con recelo hacia el Este. Ha sido el causante de arrancar viejos compromisos de cooperación e inversión que estaban aparcados durante bastantes años y/o en peligro de acabar diluidos como azucarillos en un café. Pero también, puede que Putin lo haya hecho a propósito para así justificar su postura bélica en su consumo interno y mayores inversiones en defensa, levantado con ello su prestigio personal y ocultando los verdaderos problemas económicos a los que Rusia se enfrenta actualmente y que previsiblemente se agravarán a corto plazo.
La tregua firmada, a toda prisa, para el cese de las hostilidades en Ucrania coincidiendo con la Cumbre de la OTAN debe entenderse como un paso más de Putin para tratar de recuperar su ya bastante deteriorado prestigio internacional y presentarlo a la hora de la cumbre como un éxito y/o cesión propia antes de que se hicieran públicas las decisiones adoptadas por la OTAN para atajar dicho conflicto. Pero la verdad, es que puede que Rusia está contemplando los resultados nefastos para sus intereses si se alarga en el tiempo esta operación tal y como viene desarrollándose o que no se están cumpliendo sus cálculos iniciales en los que estuviese contemplado un éxito fulgurante y sin apenas reacciones exteriores como ocurrió con la anexión de la Península de Crimea.
En cualquier caso, si se repasan algunas de las condiciones del Protocolo firmado, Ucrania podría perder de forma incruenta parte de sus regiones si se llevan hasta sus máximos consecuencias los resultados de los compromisos sobre el estatus especial de autogobierno temporal y la celebración de elecciones locales en las regiones de Donetsk y Lugansk.
No es de descartar que el conflicto de Ucrania se pueda reavivar en cualquier momento como ya ha ocurrido a tan solo dos días de su firma, dado que la tregua ha sido forzada por Rusia y, desde el primer momento, el propio Presidente Obama mostró un gran escepticismo sobre su efectividad y posibilidad de duración. No obstante, si finalmente, esta tregua avanza en el tiempo y en el desarrollo de los condicionantes será más por el interés ruso de que esto suceda (posibilidad de anexionarse parte de los territorios de Ucrania, quedar como hombre de paz y anular las sanciones económicas que pesan sobre Rusia), que por las presiones que puedan originar las medidas aprobadas por la OTAN sobre Rusia.
Sea como sea, el asunto de Ucrania no puede darse por zanjado tras estas decisiones, protocolos y apoyos. Es un tema que muy posiblemente, y aunque no empeore notablemente, puede que continúe abierto por al menos, una década.

Con respecto al tema de Irak y el IS, a pesar de que el ambiente respirado en esta cumbre no tiene nada que ver con el sufrido en 2003 (previo a la invasión de Irak), las diez naciones que han formado la denominada «Coalición Base» aún sin un plan explicito y detallado, se han marcado numerosas limitaciones para el despliegue de fuerzas propias sobre el terreno (limitado y muy específico en Irak, siempre que así lo solicite su gobierno y nunca en Siria).
Los acuerdos alcanzados por la coalición formada ad-hoc necesitan de mucho refinamiento y ajuste así como de la clara delimitación de la misión y los objetivos a alcanzar. Por otro lado, algunos países de la Alianza no se han «ilusionado» con una participación incondicional en dicha coalición, sino con un «ya veremos lo que hacemos cuando se conozca el plan detallado» porque puede que sopesen con más rigor los riesgos internos por amenazas directas del terrorismo en sus propios territorios o por la cercanía a las aéreas de operaciones del IS (como puede ser el caso de España, que no se apuntó a la coalición desde el primer momento y el de Turquía que si lo hizo y un día más tarde, empezó a poner determinadas distancias a ello ).
La amenaza del IS es tan grande que ha llegado a alterar hasta las ideas, odios y costumbres más arraigados durante muchos de los últimos años («Según el servicio en persa de la BBC, el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, ha respaldado la cooperación militar con Estados Unidos para hacer frente a esa amenaza» ).
EEUU, siguiendo su costumbre de no actuar por separado en ningún conflicto, ha logrado formar una coalición dentro de la OTAN para que le acompañe en esta su cruzada contra el Yihadismo; no obstante lo anterior, es altamente posible que no va a esperar a que los diez países firmantes pongan en marcha sus lentas capacidades de aprobación política de su participación, despliegue de fuerzas y aplicación de restrictivas Reglas de Enfrentamiento (ROEs en inglés) de carácter nacional. Como viene siendo habitual, una vez firmada la coalición, los americanos actuarán en fuerza con sus medios, puede que casi de inmediato se les unan los franceses aunque los británicos tengan ciertas dificultades. El resto lo hará mucho más tarde y con un carácter muy limitado o restringido a apoyos: logísticos, asesoramiento, inteligencia o mediante subvenciones económicas de parte de la operación.
Resulta increíblemente incomprensible que las terceras y cuartas potencias militares mundiales, Rusia y China, a pesar de que pueden ser salpicados por el tema, no se hayan posicionado en este asunto de peligro internacional que supone el expansionismo del IS ni hayan ofrecido ningún tipo de cooperación. Dejo al lector la interpretación de este hecho, en un momento tan trascedente para la Paz y la Seguridad mundial.
Ninguno de los principales actores dentro de la Alianza en esta situación (Reino Unido y EEUU) están dispuestos a cometer los errores del pasado (internos y externos), son conscientes de que esta misión será duradera (los expertos estiman, que no menos de tres años) y que por todo ello debe ser liderada por los países del entorno con diversos apoyos específicos por parte de la mayoría de los países de la Alianza y de otros países amigos occidentales. Queda por definir cuál será papel que está dispuesto a jugar Irán y como se coordinará con estas coaliciones o se mantendrá como hasta ahora en situación de «innombrable».
La importancia dada al tema de IS puede deberse a que por fin la Alianza, empujada por EEUU y el Reino Unido ha llegado a entender que los Yihadistas del IS están haciendo verdad de nuevo lo que ya en su día escribió el barón Holbach en el siglo XVIII: «Cuando los hombres creen no temer más que a su dios, no se detienen en general ante nada» y por ello se precisan acciones contundentes, inmediatas y continuadas en el tiempo para parar su progresión o erradicar definitivamente sus ideas. El problema es tan grave, que muy difícilmente se podrá solucionar con medidas estrictamente militares, la ideología del IS es tan peligrosa que debe ser borrada como concepto para evitar que vuelva a brotar en cualquier momento para lo que se precisa un apoyo claro de los países con primacía en ideología musulmana.
Las decisiones adoptadas para ambos conflictos en la cumbre bianual de la OTAN en Gales pretenden dar la sensación de ser de gran calado e inmediatez pero la verdad es que pese a su signo claramente positivo, mantienen la línea de acción de la Alianza (poca efectividad real, dilación en los tiempos de su puesta en marcha, cometidos indefinidos o poco claros y aprobación por consenso, pero sin la participación de todos los aliados en las acciones previstas) y, que en cierto modo sean contraproducentes tal y como lo reflejan los siguientes párrafos.
Los estados miembros se comprometen de nuevo a alcanzar el viejo compromiso de invertir el 2% de su PIB en gastos en defensa, pero se dan un plazo de diez años para alcanzarlo.
La «Fuerza Conjunta de muy disponibilidad -Very High Readiness Joint Task Force (VJTF)-» de la OTAN con capacidad de atender a la crisis en Ucrania contará con unos efectivos de unos 4.000 pax (fundamentalmente terrestres, con sus correspondientes componentes aéreos, marítimos y, de fuerzas especiales) al parecer, tendrá su sede operativa en Polonia o Rumanía, pero según declaraciones del propio vice comandante del Mando de la OTAN para Europa, no se espera que alcance su capacidad operativa en menos de un año y se dotará de forma rotatoria por las naciones como lo establecido para las mencionadas NRF.
Es muy posible que el componente naval de la OTAN que actúa en el Mediterráneo se vea mucho más volcado a operaciones y ejercicios en el Mar Negro como medida de disuasión y presión frente a la flota rusa con base en Sebastopol lo que sin duda, acarreará problemas con Rusia.
La realización de los acordados y previstos ejercicios de maniobras conjuntas en territorio ucranio para animar a la población de dicho país y dar la imagen de que no están solos en este conflicto frente a Rusia, aunque tengan un carácter bilateral, puede que provoquen la ruptura de la frágil tregua y/o reacciones de protesta y demostraciones de fuerza por parte de Rusia
Por último y sin afán de asustar a nadie, quisiera reflejar un pensamiento estrictamente personal dado que ante la trascendencia del momento y de la amenaza constante sobre grandes extensiones del mundo incluidas muchas partes de Europa como la Península Ibérica por su lado más occidental, la sociedad civil española y principalmente los partidos políticos deberían tomar más en consideración la gravedad del asunto dado que, además de contar con decenas de españoles entre sus filas, puede traer hasta nuestras puertas situaciones de terror de gran calado como la sufrida el 11M de 2004 y deberían dejar de mirarse el ombligo perdiendo el tiempo en discusiones de baja intensidad que solo sirven para distraernos en este circo de variedades que nos hemos montado en España.

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    Acerca de Francisco J. Blasco Robledo

    El Coronel Blasco ha gran parte de su carrera militar en destinos directamente relacionados con las Operaciones de Paz, Control de Armamentos -fundamentalmente las Armas de Destrucción Masiva- , Relaciones Internacionales e Inteligencia.Aparte de haber realizado diversos cursos nacionales y de la OTAN e UE, ha destinado en Bosnia i Herzegovina y Kosovo., Tambien ha tenido destinos en el Cuartel General de la OTAN para la Región Sur (AFSOUTH) en Nápoles y ha sido Agregado de Defensa en la República Checa y Eslovaquia.Conferenciante y autor de artículos y colaboraciones en diversas publicaciones de Defensa y colaborador del IEEE.