La política servil de Sánchez le lleva a ser un clon de Maduro (Fotos, Presidencia de Venezuela, PSOE)

Sánchez trasmuta en Maduro

Cuando los desafíos de los secesionistas catalanes alcanzaron  momentos álgidos  en Cataluña y los hechos cobraron por la fuerza la gravedad  de un golpe de Estado, tuve ocasión de calificar a Mariano Rajoy, como presidente del Gobierno, de vago y cobarde. Lo cual reafirmo en este espacio. Allí comenzó la moción de censura contra él y su Gobierno, creando un estado de opinión del que después se aprovecharía Pedro Sánchez y sus trabucaires, aliados de ocasión y enemigos todos del Estado español y de la España constitucional. Cuando Rajoy, coherente en su vagancia y cobardía abandonó todo vestigio de aplicar las herramientas del Estado frente y contra los separatistas, dejó a los tribunales de justicia, jueces y fiscales  la histórica labor de defender la legalidad constitucional y  la dignidad e igualdad de los españoles  La magistrada de la Audiencia Nacional,  Carmen Lamela, y el magistrado de Tribunal Supremo, Pablo Llarena, quedaron involuntariamente ante los españoles como guardianes del Estado de Derecho, La Constitución de 1.978 y la democracia española.

A punto de cumplirse un año de la declaración de independencia de la república catalana, abortada motu proprio, resulta clamoroso e indignante la cobardía del ‘líder mandibular’, Pedro Sánchez, al dejar abandonado al magistrado Llarena en la demanda del prófugo Puigdemot, y otros cuantos delincuentes, ante un tribunal provincial de Bélgica. La más que cuestionada ministra de Justicia, Dolores Delgado, de quien hemos sabido que tuvo conocimiento de presuntos hechos delictivos siendo fiscal de la Audiencia Nacional sin que hiciera nada, declaró inicialmente, para después desmentirse a sí misma,  que el Gobierno solo actuaría en defensa de Llarena si la demanda cuestionara el procedimiento penal en marcha por el Procés contra Puigdemont.  Hacía ya años que no se conocía tamaña vileza. (¡Ay, Garzón!, el injustificado odio de Garzón es corrosivo y efectivo hasta erosionar la médula del Estado por persona interpuesta). Y la médula del Estado ha quedado reducida a la Justicia española como poder independiente.

Con todo ello, queda de manifiesto el peaje que Pedro Sánchez está pagando a los golpistas catalanes por su apoyo en la moción de censura. Poco importa la dignidad de la Justicia y del propio Estado si se trata de unos meses más en la Moncloa. Y si acaso, el juez belga en su delirio decidiera “inhabilitar” al magistrado Llarena tal proeza sería festejada por el ‘vicepresidente’ Iglesias, el zumbado Torra, el bobo Echenique, Baltasar Garzón y el propio Sánchez. Esto de magistrados y fiscales independientes perjudica a la democracia del pueblo y habrá que revisarlo al modo bolivariano. Con lo que Sánchez está transmutándose en Nicolás Maduro día tras día, Dolores Delgado en Cristina Kichner, y Garzón solo trasmuta en Garzón. Fenómenos del calentamiento global que afecta ya a los humanos

Dicen los que saben, que la similitud de formas y de fondos en este Gobierno sin respaldo de urnas, es proporcional al deterioro de la democracia española. Ya estamos más cerca de Venezuela y Cuba, el sueño dorado del populista Pablo Iglesias y sus adláteres. Los decretos ley son ya el estilo de Sánchez para imponerse a la Constitución, y eran también la herramienta del franquismo que por añadido carecía de oposición política. Para anular la decisión mayoritaria de los españoles en el Senado, partidos con tics  totalitarios, como PSOE y Podemos, además de los golpistas y pro etarras, intentan poner en marcha un nuevo Decreto- Ley que impida a la Cámara Alta ejercer su legítima y democrática representación social votada en las urnas. Con ello, tendremos en España un remedo de la asamblea constituyente de Maduro de la mano de Pedro Sánchez, anulando la voluntad del pueblo por otra voluntad de la llamada “gente” en términos podemitas. Otra vez PSOE alzado contra la democracia como  en Asturias del 34.

Toda esta exhibición de oportunismo y deslealtad, Pedro Sánchez trata de encubrirla con un aquelarre necrófilo bajo el faldón del esqueleto de Franco. ¡Quiá! A Sánchez el esqueleto de Franco le importa nada. Su burda maniobra queda al descubierto por la torpeza añadida de otro Decreto Ley que  vulnera la Constitución, inventando una urgencia extrema y falsa necesidad  como si no supiéramos que Franco lleva enterrado en el Valle de los Caídos 43 años sin que haya habido revueltas callejeras para desalojarlo de su tumba. Ni Felipe González ni el Necio Zapatero encontraron razones para airear esos huesos. Una trampa emocional para bobos. En realidad, Sánchez no trata de desenterrar a Franco, él y sus aliados tratan de enterrar la Transición política y la convivencia, y el consenso que la hizo posible con la alternancia de partidos. Pescar algo en aguas revueltas y continuar en sillón monclovita a toda costa. La reconciliación y la concordia no encajan en el proyecto de Podemos, ni de los golpistas catalanes, ni de los pro etarras que marcan día tras día la política de Pedro Sánchez prisionero de su peligrosa ambición. No conviene a ninguno de ellos un país moderno y unido en sus raíces y partícipe de su presente y futuro. Oportunismo, cobardía y bastante maniobra traicionera a este descuartizado país y a confiados ciudadanos que imaginaban que el sol salía por occidente.

Llarena abandonado, el Estado vilipendiado, los españoles humillados y Franco en primera plana de los periódicos de todo el mundo. Y todo ello por un sillón en la Moncloa, una pensión y un ego patológico. ¡Viva el camarada Maduro!  …por si acaso.

Acerca de Jose Maria Martinez de Haro

Doctor en Derecho, Licenciado en Ciencias de la Información. Profesor y Periodista.Ha sido Director del Gabinete de Comunicación de D. Adolfo Suárez, Asesor de la Presidencia del Gobierno con D. Leopoldo Calvo Sotelo, Subdirector de Medios de Comunicación Social del Estado, Director de la Voz de AlmeríaConsejero de la Presidencia del Grupo 16, Profesor Colaborador de la Facultad de Derecho de la UCM