Susana Díaz, la noche de las elecciones andaluzas. Pedro Sánchez con Quim Torra en Barcelona (Efe)

Los españoles ante el cambio de régimen en Andalucía y la polarización en Cataluña

Los resultados de las elecciones autonómicas andaluzas han provocado un terremoto político sin precedentes en una región donde un único partido político ha permanecido en el poder  durante 37 años. Las interpretaciones interesadas de la debacle socialista y la caída de voto del PP tienen su vicio de origen y muy poca conexión con la realidad expresada. Sobre la meteórica implantación de VOX se están escuchando algunas sentencias condenatorias tan simples, que no alcanzan a explicar la dimensión de este fenómeno, antes social que político. Lo que parece más próximo a la realidad expresada en las urnas es que se trata de una voluntad de cambio de régimen. Y ello puede calificarse así por la identidad maniquea de asimilar las siglas del PSOE con la junta de Andalucía, y sus instituciones por la inercia de tantísimos años o tal vez con clara intención de aferramiento  a un poder sin contestación posible. No ha sido así, en esta ocasión hubo contestación en forma de una abstención muy manifiesta de votantes de izquierda y también por el voto identificado en el eje del centro y la derecha hacia sus límites ideológicos.

Pero si se pretende llegar al fondo del asunto, habrá que mirar más allá de los números. Puede que el análisis más sosegado y claro sea el que hizo Nicolás Redondo Terreros en el diario el Mundo. Desde el socialismo histórico, arraigado singularmente en su apellido, Redondo hace una exposición de las causas más visibles de la derrota socialista. Reparte entre el gobierno de España y la Junta de Andalucía, y claramente señala a Pedro Sánchez y a Susana Díaz con sus respectivas políticas y actitudes como las causas mayores de lo ocurrido en Andalucía. Y habremos de seguir leyendo y escuchando interpretaciones de todo ello durante largo tiempo por tratarse de algo que ya es histórico y cuyas consecuencias últimas están lejos de imaginar.

Desde las filas del PP apenas ha habido análisis de fondo sobre su caída en las urnas resaltando el triste consuelo de alinearse en los votos de otras formaciones que podrían dar lugar a la formación de un gobierno con apoyos parlamentarios. Hasta ahora tras tantos años de monopolio socialista el mensaje del PP y sus candidatos no han logrado calar en la Andalucía profunda. Pero hay una diferencia sustancial en esta nueva realidad, en tanto que ha habido un castigo sin paliativos a Sánchez por sus políticas temerarias en Cataluña, Casado cruza el Rubicón del liderazgo por cuanto no hubo el anunciado “sorpasso” de Ciudadanos que marcaría la frontera entre ambos partidos en disputa de un  espacio electoral muy cercano. Las causas de la irrupción de VOX son muy diversas pero no complejas de entender. La trasversalidad en segmentos económicos y sociales de sus votantes ofrece datos muy peculiares. Vox ha logrado el apoyo de 400.000 votantes y en las barriadas más marginales con cifras de desempleo y pobreza espeluznantes ha arrasado en votos y entusiasmo. El barrio de “Las tres mil viviendas” de Sevilla, es uno más entre tantos otros ejemplos. Es argumento delirante ofender a  esos andaluces tildándoles de peligrosos fascistas.

Habrá mucho tiempo para digerir lo que ha ocurrido y mucho más para digerir lo que probablemente vaya a ocurrir. Un cambio de régimen es algo inédito desde hace cuarenta años y Andalucía ha de estar preparada para acontecimientos de mucha envergadura que generaciones de andaluces no han conocido. Queda sin embargo la preocupación por estas muestras callejeras contra la voluntad expresada en las urnas. No se trata de cuestionar el principio elemental de manifestación y protesta, pero la respuesta inmediata de la extrema izquierda y de algunos lenguaraces del PSOE, tras sus respectivas derrotas,  están siendo muy preocupantes. Incitar a tomar la calle es cuando menos irresponsable  cuando el sosiego y la reflexión son más necesarios que nunca para posibilitar que Andalucía avance  y  alcance  los niveles de bienestar y riqueza de otras autonomías españolas y europeas. Tras casi cuarenta años no se ha logrado avanzar hacia esa meta, según señalan las cifras, datos y estadísticas oficiales. En la ciencia política se estudia como propio de los totalitarismos identificar un enemigo común como causa de todos los males presentes y futuros, así lo hace Nicolás Maduro con EE UU y con España. Triste consuelo para el PSOE apoyar esta estrategia de los manuales básicos del agit prop que también conoce Pablo iglesias. En un programa de radio en el que participo en directo, un gitano obrero de la construcción en paro dice que invita a Pablo Iglesias a que se acerque  con sus incondicionales al barrio de las “tres mil viviendas de Sevilla” o al de la Mina de Granada, para explicarles a la inmensa mayoría que han votado a VOX porque son fascistas, porque ellos ignoran que es eso pero «les suena mú mal».

Escribo desde Andalucía en la normalidad,  y el humor se  percibe claramente el ambiente del cambio, no habría que alarmarse por ello. Durante estos 37 años Andalucía ha asimilado con normalidad las sucesivas victorias del PSOE y sus alianzas de gobierno. Incluso admitió con absoluta normalidad que tras la victoria electoral del PP en 2012 con 50 diputados este partido no pudiera formar gobierno por la alianza de dos partidos perdedores, PSOE e IU. Estas actitudes de respeto miden la calidad democrática de un país. ¿Qué ha ocurrido ahora que la izquierda ha perdido la mayoría y con ello va a perder el poder? Pues que algunos dirigentes no asimilan que otros partidos puedan formar un gobierno según la voluntad de los andaluces. Desolada compareció Susana Díaz tras los resultados con una mueca que era la clara expresión de la derrota. Encogido en sus hombros Pablo Iglesias al conocer el batacazo de su filial andaluza. Pero pronto encontraron una explicación simple, clara y demoledora; todo es culpa de VOX, !,¡A por ellos ¡ Cordón sanitario y como medida cautelar y terapéutica, ! gente a la calle ¡,! rugidos, pancartas descoloridas del 36 -!No pasarán¡-, contenedores incendiados, periodistas agredidos, policías heridos, escaparates rotos, vecinos amedrentados. La pura esencia de la democracia bolivariana.

Estremeció la firmeza estalinista de Iglesias alentando su yihad totalitaria declarando la “alerta antifascista”. Ignoraba yo que 400.000 paisanos míos pasearan a sus anchas con su camisas pardas,  correaje y botas relucientes para apalear periodistas, agredir a la policía y liquidar la democracia. El análisis de los resultados es algo simple, y aunque humanamente sea triste admitir la derrota habrá  que afrontarla con la grandeza de los buenos perdedores. Andalucía merece ese respeto. En la resaca electoral se observan efectos fulminantes y nadie se atreve a despertar del shock a Susana Díaz. En el Comité del PSOE de Andalucía continuaba con el mantra de un gobierno del PSOE y ella de Presidenta.  Por su propio prestigio personal y equilibrio emocional  debiera ya bajar de la nube  a pisar tierra y comprender sin más dilación  que libre y democráticamente los andaluces, de «su Andalusía »  le han dicho adiós.

Tiempo de espera si bien  parece que los dos principales partidos, PP y Ciudadanos, tiene cerrado ya un acuerdo de gobierno y la constitución de la Mesa del Parlamento de Andalucía que abre la puerta a la formación del nuevo Gobierno que responda sin complejos a las demandas de millones de andaluces, no deberían cometer el error de ningunear a VOX, pues a corto plazo se podría volver contra ellos. Tanto el PP como Ciudadanos deben tener bien presente que el cambio es posible y estable por los doce diputados del partido de Abascal.

Y al noroeste la vía slovena. Cuando hubimos de lamentar  la mala suerte de los españoles con  un «guevón» como presidente, impasible ante lo de Cataluña anunciando que no ocurriría nada y sin embargo ocurrió todo. Entonces fuimos duros criticando a Rajoy hasta que salió de puntillas del poder. Ahora debemos lamentar la desgracia que para los españoles supone un Pedro Sánchez, alquimia de vanidad y cobardía, de soberbia y e ignorancia, de miedo cerval ante la ultima avalancha de Torra. Crecido este nazi post conciliar, no encuentra muro de contención a sus amenazas contra los propios catalanes en primer lugar, y contra el resto de españoles, incluido el cobarde de Sánchez dentro ya de su madriguera y con guardia permanente a la puerta; Ábalos y Calvo, por nombrar dos lumbreras. Torra anuncia que Cataluña, la suya, la única que recibió en propiedad de su abuelo y de la «cosa nostra» pujolista, se encamina inexorablemente a  la vía slovena. Y hay que recordar que en este momento crucial es la hora de los abuelos; el de Zapatero espía de Franco al que dieron matarile, el de Torra probablemente  tan capullo como él y el de Pujol, maestro de ladrones que ha creado escuela en Cataluña.

Entramos ya en el abismo que puede llegar hasta el infierno porque aquello de Slovenia fue el infierno. Y digo esto porque conozco muy de cerca lo qué ocurrió en Slovenia. Estuve allí. Concretamente y de manera clandestina  en un pueblecito de pescadores llamado Poreck, en la península de Pula. Otro día les narraré sobre aquello. Lo que hoy interesa en España es saber que  nadie parece capaz de frenar al nazi supremacista en su delirio. Sánchez con gafas de sol y uñas pulidas, ha creído que  enviar inicialmente cartas es la mejor expresión del diálogo, y a través de sus ministros le ha enviado tres misivas; por favor Sr Torra, no sea usted tan travieso, le dejaré sin postre. Por favor, no lance a los alumnos por la ventana, se quedará sin recreo. Y Torra muy asustado se retiró al Monasterio de Monserrat, allí en la misma sala que en 1.957  el Prior recibió a Francisco Franco que entró en olor de multitudes bajo palio   y le concedió el título de «Defensor de la Cristiandad» por haber liberado a Cataluña de la horda marxista. Allí mismo y bajo los mismos muros, Torra ha adelgazado 180 gramos en una huelga de hambre tal que Mandela. Conmovieron mucho en toda Cataluña  las imágenes de TV3 con Torra sentado en un banco del Monasterio con gesto grave rodeado de enfermeros y médicos tomándole la tensión, porque la salud del President es capital para el futuro de la humanidad.

Cataluña, nadie lo ignora, es un volcán; los  «valientes» de los CDR y las CUPs encapuchados y «apretando», según les anima Torra.  Una vorágine de violencia cortando carreteras, asaltado vallas, amedrentando en pueblos y ciudades, asediando comisarías y juzgados. Los Mossos en absoluta inacción por no recibir instrucciones de sus superiores para mantener el orden. El Rey de España no puede pisar Gerona y la Fundación Princesa de Gerona se ha trasladado para «evitar conflictos «. Y luego del diálogo postal, Sánchez decidió llevar a Barcelona al Consejo de Ministros, que como antesala previa tuvo la infame reunión que celebró con Torra de ‘Estado a estado’. Los partidos y medios interesados en resquebrajar España, lo han saludado como una reapertura del diálogo, cuando en realidad no ha sido más que humo genuflexo de un presidente que está a merced del chantaje de los separatistas. Para esta ignominia el gobierno tuvo que movilizar a más de 9.000 agentes para garantizar la seguridad de los ministros, ante la provocación de los ‘matones’ que aseguraban que dicho consejo no se celebraría. Sí, se celebró y los ministros pudieron abandonar el lugar sin mayores incidencias. Lo verdaderamente resaltable ha sido el dictum histórico de un mosso a un funcionario que le hablaba de defender la república: «¡Qué república ni que cojones! ¡La república no existe, idiota!», y que ya constituyen las frases más lapidarias desde que se inició el llamado procés.

Ante este panorama, Sánchez se hace «un Rajoy», mira hacia otro lado y ordena repostar el Falcon, porque  como nuevo rico que hereda  cortijo le quedan aún las islas Sheychelles, Punta Cana y las Bermudas antes que le den pasaporte como a Susana. Y apenas quedan los balbuceos de su vicepresidenta pronunciando enfática todo en esdrújulas y las confusiones  de su ministro en plena contradicción sobre si el Consejo de Ministros debiera haberse convocado o no en Barcelona. A pesar de todo ello,  no encuentra este Gobierno motivo alguno para aplicar el artículo 155, y esto abre una brecha en el PSOE porque hay opiniones de peso; Page, Guerra, Leguina, Lambán, etc.  que aconsejan la urgencia de aplicarlo con rigor. Para muchos analistas Torra será el enterrador político de Sánchez, como lo fue de Susana, amén de otros meritos propios inflados de seguridad sobre la inapelable superioridad moral de ese nuevo socialismo de papel couché.

Por todo ello, y algunas otras causas, VOX arrasa en sus convocatorias. Le llueven candidatos y van formándose juntas locales y provinciales. Incluso un prestigioso General, Fulgencio Coll,  se ha ofrecido para la alcaldía de Palma de Mallorca. Se ha extendido la opinión de que no se trata de los nietos de Hitler y Mussolini, sino de gente joven que está hasta los «guevos» de todo lo que está ocurriendo en España. Hombres y mujeres de clases medias, trabajadores, gitanos, desempleados,  universitarios, estudiantes , empresarios y autónomos, católicos, docentes, médicos, militares, policías y guardias civiles, funcionarios y  una heterogénea pléyade que va ampliando su base día tras día, porque en primer lugar aman España tal y como se ha  heredado de nuestros antepasados y  también porque  quieren seguridad para ellos, sus hijos y nietos. Parece que han encontrado voz en VOX y quieren ser freno a tanta irresponsabilidad. Los partidos tradicionales así como la izquierda extrema deben atender esta nueva realidad que empapa la política española.

Torra habrá de afrontar la temeridad de sus palabras y sus propuestas, la via slovena acabará con su torpeza cuajada de brutalidades verbales y acciones impropias, y quedará relegado a la historia de tantos necios que pretendieron romper España sin conseguirlo.  Pedro Sánchez ha hecho un triple salto mortal; Torra, Iglesias y Bildu, enemigos de España que pretenden liquidar el orden constitucional, la igualdad y la convivencia son  sus socios preferentes en esta aventura de ambición carente de escrúpulos. Tal vez Sánchez no lo intuya ni nadie se lo advierta pero sus políticas erráticas ajenas a la socialdemocracia constitucionalista europea  le encaminan hacia el vacío, un agujero negro donde vagan los políticos mediocres que se creyeron dioses. Y será tanto con Presupuestos como sin ellos.

Acerca de Jose Maria Martinez de Haro

Doctor en Derecho, Licenciado en Ciencias de la Información. Profesor y Periodista.Ha sido Director del Gabinete de Comunicación de D. Adolfo Suárez, Asesor de la Presidencia del Gobierno con D. Leopoldo Calvo Sotelo, Subdirector de Medios de Comunicación Social del Estado, Director de la Voz de AlmeríaConsejero de la Presidencia del Grupo 16, Profesor Colaborador de la Facultad de Derecho de la UCM