¿Qué hay detrás del conflicto de Ucrania?

¿Qué hay detrás del conflicto de Ucrania?
«Malii» Donbass es una megápolis de las más grandes de Europa, con unos ocho millones de habitantes y una extensión de 200 km. de norte a sur y 250km. de este a oeste. Este territorio del sudeste ucraniano está situado entre los ríos Dniéper y Don, donde se encuentran sus dos principales ciudades: Donetsk y Luhansk, aunque también abarca algunas otras regiones ucranianas y rusas, como la parte de la región de Dniepropetrovsk o Rostov, además de setenta ciudades pequeñas. En dicho territorio se encuentra el estratégico puerto de Mariupol (sometido a un inminente asalto de las milicias pro-rusas, paralizado tras el acuerdo del alto el fuego del pasado 5 de septiembre), aeropuertos, una red de comunicaciones bastante desarrollada, industria, minería, agricultura, etc., lo que constituye una zona de desarrollo muy importante para Ucrania.

La región de Donbass antes de formar parte del Imperio Ruso y de integrarse posteriormente en la Ucrania independiente, perteneció a Rus de Kiev, tras la invasión de los tártaros y al Kanato de Crimea, títere del Imperio Otomano.
La República de Donetsk y Krivorozhsk (junto con Járkov, Jerson y Dniepropetrovsk), estuvo unos meses bajo el control de Moscú tras la revolución bolchevique, y por sugerencia de Stalin, la gubernia de Donetsk pasó a formar parte de la República Soviética de Ucrania (retornando después algún territorio a Rusia) por razones estratégicas. La mayor parte de la población ucraniana apoyaba entonces a los anarquistas liderados por Néstor Majnó, y a los eseres (partido de los socialistas revolucionarios), y a la jerarquía soviética le pareció un plan perfecto para mezclar dos zonas fronterizas de Rusia y Ucrania y derrotar a los ejércitos de la burguesía ucraniana y zarista.
Intereses ucranianos y de sus clanes:
¿Cuáles son los intereses de Ucrania y de sus clanes de poder? Aparte del deseo de formar parte de la Unión Europea, su vecino, se ha desatado una crisis interna dentro de la que están protagonizando los otros actores globales -Ucrania-Rusia-UE- EE.UU tratando de marcar su influencia en la zona.
Durante el tiempo de paz la capital de Donbass siempre ha sido Donetsk, pero últimamente la ciudad de Luhansk ha adquirido protagonismo por su proximidad a la frontera de Rusia, por su posición estratégica al estar muy cerca del gasoducto ruso, y por los yacimientos de gas de esquisto que Ucrania quiere extraer para reducir su dependencia energética de Rusia. Y el invierno se acerca y es necesario que las negociaciones políticas entre Rusia y Ucrania se hayan asentado para entonces.
Por ello, el escenario de los choques armados entre el ejército ucraniano y las milicias pro-rusas, fuertemente apoyadas por armas y unidades del ejército ruso, se vienen desarrollando en Luhansk y en Donetsk, que es una de las ciudades más industriales y desarrolladas de Ucrania, residencia de la élite local bajo la influencia del ex presidente pro-ruso Yanukovich y de Rinat Ajmetov, la persona más rica de Ucrania, o al menos hasta hace poco. Ahora los combates se han desplazado hacia el puerto de Mariupol.
Es más que probable que la guerra por el poder entre los clanes no haya concluido, sobre todo en el óblast de Donetsk, porque las posiciones de los diferentes oligarcas y la distribución de sus fuerzas están cambiando desde el derrocamiento de Yanukovich y la elección del actual presidente Poroshenko.
Ello también puede tener su reflejo en el proceso abierto de privatización de las empresas estatales anunciado por Poroshenko, que debería estar concluido a finales de 2014, sin embargo el proceso está lleno de incertidumbres a causa de la guerra.
La reorganización en Luhansk resultará más sencilla, debido a que su élite es más provincial y menos sofisticada, y será algo parecida a la de Transnistria, aunque todavía está pendiente de resolverse el acuerdo entre los grandes y pequeños oligarcas, como Ajmetov, Firtash, y Zhevago, cercano este último a la ex primer ministra Timoshenko. Los tres son las fortunas principales en Lujansk y han visto reducido su poder e influencia desde la llegada al poder de Poroshenko.
Hasta hace poco Ajmetov era también la persona más influyente en Donetsk, cuyo poder económico ha pasado a Igor Kolomoiskii, al aprovecharse éste de la situación y establecer un control militar con sus milicias en algunos territorios cercanos a Donetsk. La cuestión ahora estriba en ver cómo se cierra el juego y el reparto de intereses entre Ajmetov, Kolomoiskii y el propio Poroshenko en las próximas semanas.
Los principales clanes de oligarcas y sus recientes alianzas están centrados en:
-Donetsk-Lujansk, con el acercamiento de Jarkov. Tres cuartas partes de la industria está concentrada en Donetsk-Lugansk.-Dniepropetrovsk, junto con Zaporozhie. Dniepropetrovsk, quienes poseen el 16% de la industria, la cuarta parte de todo el país.-Kiev y Galitzia. Kiev es el centro financiero. Galitzia no tiene mucha influencia económica desde hace tiempo, pero está muy activa políticamente.
Ante todo ello habrá que prestar atención al desarrollo de los acontecimientos, y ver como se cierran las relaciones y las respectivas influencias entre Kiev y las regiones conflictivas de Malii Donbass, que son las que poseen los mayores recursos y cuya oligarquía ha sido la más perjudicada. Lo más probable es que los oligarcas y los clanes de poder mencionados obtengan condiciones más ventajosas a raíz de este conflicto, como tuvieron después de la Revolución Naranja, en la que plantearon acciones separatistas temiendo verse afectados por el cambio de las élites políticas en Kiev, y actualmente, tras la caída de Yanukovich.
Su objetivo mínimo es la federación de Ucrania, pues tanto la independencia como la integración en Rusia, no parece, por el momento, que sea su deseo y menos pasar a ser títeres de Moscú. Otro cuestión diferente será alcanzar acuerdos con Rusia para compartir la explotación de las industrias y los negocios. Muchas de sus empresas ya están prácticamente integradas en la industria rusa, y la mayor parte de las exportaciones van hacia el mercado de la federación rusa, siendo notables las inversiones rusas en la zona.
En la guerra también participan otros actores internos, que están siendo apoyados por diferentes fuerzas:- La policía y fuerzas locales, con fuerte vinculación tradicional con los oligarcas. Sus motivaciones pueden estar en no querer vivir peor que antes, y si es posible poder ganar algo más.- Antiguos combatientes de la guerra de Chechenia y de otros conflictos acostumbrados a la situación de guerra, que han vivido y crecido con ella y no saben o no tienen la oportunidad de ganarse la vida de otra manera, y el cruce de fronteras no supone ningún obstáculo para ellos.- Los nacionalistas, fanáticos, chovinistas (contra los judíos Kolomoiski, Yatcenuyk, etc., los tártaros…), nostálgicos de la época soviética, antioccidentales, etc., que combaten por diferentes ideas.- Y la población civil, que es la que sufre de manera traumática las consecuencias de la guerra, con la muerte de civiles, destrucción de sus hogares, de sus familias, de sus medios de vida y se ven forzados a la situación de refugiados y desplazados, siendo machacados por la acción de la propaganda.

Intereses rusos:
¿Y cuáles son los intereses de Rusia? Parece que Putin necesitaba un conflicto, pero de pequeñas dimensiones para poder presionar a Poroshenko, y, por supuesto, ayudar a los separatistas participando en la guerra, aunque nunca oficialmente, enviando ayuda humanitaria y tratar de ser el mediador en el conflicto, como así ha anunciado tras su breve encuentro con Poroshenko de hace unos días en Minsk. Putin intentará limitar al máximo las críticas y la pérdida de popularidad por parte de la opinión pública internacional y rusa. Además, tampoco desea nuevas sanciones por parte de la UE y de Estados Unidos, y ni Rusia ni Europa necesitan mas tensiones que podrían agravar las respectivas situaciones de crisis económica y financiera.
Ya con la absorción de Crimea la popularidad de Putin ha subido en la federación de Rusia hasta el 85 por ciento, estando hasta ese momento en unos niveles muy bajos e inaceptables para un líder ruso. Y sería muy difícil que aumentara más con el conflicto de Donbass, que, en todo caso, le está favoreciendo bastante para distraer la atención de la comunidad internacional sobre Crimea, a la que Rusia ya considera como una parte de su territorio, como se ha visto en la última visita de Putin con parte de su alto staff de burócratas.
La anexión rusa de Donbass supondría la declaración de guerra a Ucrania, lo que no tuvo lugar en el caso de Crimea, al resolverse de forma prácticamente pacífica. Sin embargo, la inestabilidad en Donbass es ventajosa para Rusia, porque automáticamente provoca debilidad en Ucrania, y el proceso de su integración en la UE y en la OTAN es posible que pueda frenarse, pues en este caso únicamente se integraría la parte occidental de Ucrania, del Dniéper hacia Polonia.
Así pues, parece evidente que a Rusia lo que le interesa es mantener un conflicto prolongado de baja escala para debilitar al máximo posible a Ucrania, algo similar a lo que ya vimos en los conflictos de Abjasia, Osetia del Sur y Tradnistria, al manipular a Georgia y Moldavia.
Pero a Rusia tampoco le conviene repetir en Donbass los ejemplos anteriores, donde sus economías no han mejorado, ni hay perspectivas de que lo hagan al ser demasiado pequeñas y débiles. Donbass, con Donetsk y Lujansk, aliados hasta ahora con otras ciudades, pueden formar algo más sólido y nuevo, y pasar a ser parte del proyecto de la unión, sola o con otro estado, del proyecto histórico de lo que fue Nueva Rusia. En tal caso estaría mejor conectado con Crimea y debilitaría aun más a Ucrania. Además, Rusia siempre tendrá en la manga la opción de jugar la carta, cuando así le conviniera, de integrar a las autoproclamadas repúblicas de Donbass y/o establecer bases militares, fortaleciendo su posición en la zona al objeto de evitar posibles movimientos indeseables por parte de Ucrania y Moldavia hacia Tridnestrie.
Pero bajo su aspecto económico la anexión de Donbass a Rusia puede empeorar la situación. La riqueza de Donbass es cada día más dudosa y serían necesarias grandes inversiones para recuperar su economía; la industria del carbón ya no resulta atractiva (a pesar de que Ucrania tuvo que importarlo recientemente) y su numerosa población minera tendría que ser reciclada hacia otros sectores. En el caso de Crimea, las inversiones que deben de hacer los rusos son necesarias, pero al mismo tiempo molestas para sus propias regiones, que en un futuro serán competencia con la zona de offshore y los lugares de ocio, además de que los presupuestos estatales han venido decreciendo en los últimos años.
El año que viene se prevé que la situación económica en Rusia empeore por razones objetivas, sin mencionar las posibles consecuencias de las sanciones internacionales como consecuencia de este conflicto.
Todavía no está claro del todo cómo y quién va a apoyar desde Donbass al oligarca presidente Poroshenko. Hay élites que han perdido su influencia y por ello están descontentas, y hay, al parecer, otros oligarcas que hasta ahora no han definido del todo sus prioridades y en un futuro podrían ser una pieza clave en la región.
Conclusiones
Está claro que el conflicto va más allá de la defensa de la diáspora rusa en la región. Resulta cuando menos curioso que las compañías Shell y Shevron firmaran un acuerdo con el gobierno ucraniano para extraer gas de esquisto, antes de que empezara la guerra civil-separatista, cuando gran parte de tales recursos se encuentran en Donbass, y son de los más ricos de Europa, según algunos expertos.
Tales expertos opinan que ello podría ser un paso para que Ucrania alcanzase su independencia energética, y reforzara su seguridad nacional impulsando su integración en la UE, lo que podría debilitar la influyente posición de Rusia en la actualidad, como exportador de gas a Centroeuropa.

Según afirma Bzhezinski en su Gran Juego, el alejamiento de Ucrania de Rusia sería un golpe considerable para Rusia, algo muy conveniente para Estados Unidos, por el excesivo acercamiento Rusia-China, un actor rival en el mundo globalizado para Norteamérica y otros países del BRICs. Igualmente, el alejamiento de Ucrania sería un duro golpe para Rusia, que se vería lejos de poder colmar sus ambiciones de ser el centro poderoso de reintegración casi plena del espacio postsoviético.
Los clanes y oligarcas en Ucrania, por potentes que sean, deberán finalmente buscar apoyo entre varios actores internacionales, como la UE, EEUU y Rusia. Y cualesquiera que fuesen de entre estos, deberán contar siempre con ellos como elemento de fuerza y de cohesión interna.
Es obvio que al igual que Rusia, tanto Ucrania como la Unión Europea tienen que poner fin a este conflicto y establecer la paz, pues en caso contrario, las consecuencias serán muy negativas para todos, prescindiendo de aquellos que siempre se benefician con la guerra y el drama y la miseria de los demás. El problema de esta guerra no declarada es que es bastante más global y afecta a las grandes potencias mundiales como hacía años. Y todavía son posibles diferentes escenarios.
(La versión corta publicada en El Mundo 02.09.2014)

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    Acerca de Alesia Slizhava

    Doctora en Ciencias Políticas, Licenciada en Derecho Internacional (con matrícula de honor), Máster en Cooperación Internacional, Máster en Dirección Logística. Su experiencia profesional se centra en el ámbito internacional, desarrollo de negocio, Project management, relaciones institucionales, consultoría y enseñanza universitaria. Durante los últimos 10 años ha sido profesora en la Universidad San Pablo CEU, Universidad Complutense de Madrid, Universidad Rey Juan Carlos u otras instituciones. Ha desempeñado diversos puestos de responsabilidad en proyectos financiados por la Unión Europea en sectores como economía internacional, finanzas públicas, social, cultural y gobernabilidad, trabajando en diferentes consultorías a nivel europeo. También representa la Cámara de Comercio e Industria. Tiene interés en organizaciones internacionales, multinacionales, temas de defensa y seguridad, business intelligence y liderazgo. Habla ruso y bielorruso (nativo)., español e inglés (nivel avanzado).